**Two steps from hell - Freedom fighters**.
''Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones dirigido por un ciervo''.
-Plutarco.
-No la salvé del soldado -le había dicho Raige a Morwall la noche que aconteció a la centuria-. He visto esa expresión en otros gladiadores, hombres y mujeres que a pesar de sus actos eran honorables. Cuando un gladiador empieza a matar para satisfacerse es un paso que da hacia un abismo al que si cae, luego, no podrá volver a salir.
Morwall miró a Raige de la misma forma que me miró a mí en la arena, como si hubiera perdido algo importante y que no volverá a recuperar.
-Muchos soldados han intentado hacerle daño a mi hermana. Puede que ese fuera...
-Sí, Morwall. Pero... he visto todos y cada uno de los combates de tu hermana y siempre pelea por su vida, pelea por seguir viva un día más, y, luego, se rompe algo en su interior. Se hunde con cada vida que arrebata. Esta vez fue distinto, yo he pasado por eso y me destrozó... había veces que me divertía matar en la arena, semanas en los que deseaba que me tocase a mí.
Morwall se sentó sobre un montón de ladrillos que antes pertenecían a una gran casa.
-No hay nada roto en ella, Raige, lo que pasa es que toda persona tiene algo de oscuridad dentro. Ella es lo suficientemente inteligente como para saber que la única forma de ganar a personas como Clayton Lennie y los amos es no dejarse llevar y luchar contra esa oscuridad. Salvaste a mi hermana de sí misma, te doy las gracias, pero hasta una oveja puede morder a aquel que no cesa de apalearla.
-Las ovejas negras siguen siendo ovejas...- musitó Raige.
TRES DÍAS DESPUÉS.
Jon abre el libro al azar, sin apartar los ojos del cielo y sin dejar de sonreír. Su sonrisa me contagia, cada vez que sonríe, por cualquier cosa, mis comisuras se alzan en una sonrisa más ancha en la suya.
Miro las elegantes filas de letras de las páginas y no puedo leer ni una sola. Jon las mira y deja escapar una risita ronca que me eriza el bello de los brazos.
-Hades y Perséfone.
A pesar de su humor y de que mi sonrisa y la suya iban acompañadas, no conseguía sentirme completamente bien y cómoda, no desde que escuché la conversación de Raige y Morwall. No dejaba de darle vueltas, como ahora, ¿y si Jon estaba de acuerdo con las palabras de Raige? ¿y si él pensaba que me domina la oscuridad? al fin y al cabo, me mostré muy fría cuando mató a Mikkel para salvarme.
Cuando me ayudó a escapar esta mañana del recinto para ir al valle, no quería que notara mi preocupación al respecto, no quería verme obligada a contárselo y que él acabara diciéndome exactamente lo mismo que Raige le dijo a mi hermano la noche de la centuria. Y, aunque busco mil escusas que justifique el sentimiento que me albergó después de que recordara todo lo que me hizo, no encuentro ninguna.
-¿Crees que soy mala? -La pregunta sale de mis labios casi sin que yo me diese cuenta.
Jon deja de sonreír y frunce el ceño.
-¿Tú crees que lo eres?
-Creo que no soy la misma chica de hace tres años y echo de menos a esa chica. A veces, no me reconozco a mí misma.
-Lo dices por lo que pasó en la arena durante la centuria -su afirmación me toma por sorpresa.
-S...sí. Si Raige no hubiera acabado con ese soldado, yo hubiera disfrutado mucho matándolo. -Hace tres años que no derramo una lágrima, ni siquiera cuando Lennie me azotó en medio del estadio el día que conocí a Jon. La última vez que lloré, fue de rabia mientras aquellos soldados intentaban hacerme toda clase de cosas-. No quiero volver a sentir eso.
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1. Supremacía: Sin nombre
Science FictionEn un mundo donde los gobiernos, la sanidad, la educación y todo aquello que conforma una sociedad dejaron de existir. Solo aquellos que nacen y son abandonados, vendidos o que, simplemente, quedan huérfanos, son los que pagan las consecuencias. En...