Cerró el libro con frustración; parecía que los autores poseían cada vez menos imaginación.Los cuatro libros nuevos, leídos en la misma cantidad de días, no le causaron satisfacción. Terminó con el mismo vacío con el cual inició la noche
.
Necesitaba acción, no adolescentes tontas creyendo que la inmortalidad era magnífica.Miró su alrededor; historias ya vividas, universos visitados constantemente, todas las posibilidades agotadas; traduciendo: cada libro en los estantes ya había sido leido por ella.
Cerro sus ojos, " Una noche más, una noche menos". Sencilla y muy certera, en todo menos en ella. Su frase favorita desde hace cuatro décadas atrás.
No era extraño que sus noches transcurrieran en horas de lectura. Más está la dedicaría al aprendizaje. ¿Un idioma nuevo? No, ya sabía Español, Inglés, italiano, francés, portugués, rumano, húngaro, griego antiguo y cantones; aprender otro idioma o dialecto no estaba en sus planes por ahora. Descartó el pensamiento de practicar ciencias, eran un lenguaje complicado para Helena, tan complicado como una un lienzo a medio pintar; ésa comparación la incentivo a estudiar el arte de la pintura, lo había estado posponiendo y por un tiempo lo había olvidado hasta esta noche.
Un detalle le obligó a replantearse sus planes, no poseía ningún libro que pudiera instruirla.
Detuvo su andar, analizó la situación.
La carencia de un texto no aminoraria su impulso, su mente consultaria los vagos recuerdos de lecciones impuestas por su madre.
Lienzos, caballetes, temperas, acuarelas y pinceles; tenía todo lo necesario en su morada. Inconscientemente se había preparado para este momento.
Después de unos minutos, reunió los objetos en el centro del salón; ajusto el caballete a la altura de su pequeño cuerpo, posicionó el lienzo y en su mano izquierda tomo el pincel. Entre las coloridades variedades, escogió el púrpura para iniciar; la punta del pincel se encontraba sobre el lienzo, no hubo contacto.
Helena miraba la blancura inmaculada, no sabía que plasmar. ¿Mariposas sobre las rosas?, ¿Un retrato moderno del gato que su família poseyo alguna vez?, ¿O la muñeca que se perdió entre las aguas del Támesis? Todas esas ideas era viejas, cuando su mente era infantil. Ella ya era grande... mentalmente grande, pintaria algo con significado, importancia...
¿Acaso aquella muñeca no tenía importancia, tanta que obligó a una menor Helena a introducirse en sus aguas para buscarla sin éxito? O ¿El gato viejo que se mantenía cerca de los establos para cazar a los ratones, cuya muerte no impresionó a todos excepto a ella que formó un vínculo con el felino?. Eran importantes, pero no representaban lo que Helena quería plasmar. Eran vivencias de su niñez, algo más actual era lo quería mostrar en la pintura.
Su manos comenzaron a realizar trazos sobre el lienzo, el morado y el blanco se unieron.«Espalda recta» Helena obedeció a la voz proviniente de sus recuerdos. «Alza tu rostro. Retira el cabello de tu frente, no eres hija de mezquinos» sonrió burlonamente ante esa parte, su madre reprobaria el flequillo que suele usar.
«No lo haces bien. Los colores deben ser leales al objeto retratado. No exiten las manzanas moradas» Helena sintió una leve frustración, aún en sus recuerdos la madre le reprendia, prefirió dejar de guiarse por recuerdos, haría lo que mas deseara con el lienzo.
No mostraba emoción alguna, el inexpresivo rostro de ella miraba fijamente su trabajo.
Su aburrimiento había aminorado, pero no lograba sentir un verdadero placer.
Se desvió de su proyecto, alguien tocó a su puerta.
¿Quien podría ser? Sus amigos sobrevivientes a la cacería de los Hellsing se ocultaban lejos de la jurisdicción de la organización y los religiosos de Iscariote, no vendrían a la boca del lobo; pocos conocían su existencia, podría ser... ¿Seras Victoria?.
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Una noche mas, una noche menos
FanficSu cuerpo era el vivo reflejo de la niña que una vez fue. Helena era una verdadera Nosferatu.