Capítulo 6, "Desahogo"

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💬*¿Ese eras tú?
¡Qué lindo eras!*


💬*¿Era? No me juzgues por mis onditas, jajaja*.


💬*No, no, para nada.
La verdad no has cambiado*

(Sigues lindo, morenazo perfecto)


💬* ¿Y tú? Supongo que tampoco. Tienes lindos cachetes.

¡¡¡QUEEEE!!! ¡¿A QUÉ CACHETES SE REFIERE? ¡¿ACASO YA ME HABRÁ MIRADO?!....

💬*A los del rostro. Son tan tiernos y agarrables, eres a la única persona que le he visto hoyuelos en ambos*

💬*Ah...si, pues claro, gracias.
Es lo único que hallo lindo de mi*


💬*Eres linda, Grace...

💬*Gracias...

De la nada nuevamente comenzaba a llorar, tenía mi mente confundida. Key se nota ser diferente. Desde el primer día que lo vi, fue diferente al resto.

Pero no quiero ilusionarme nuevamente. No es que no confíe en él, el es diferente, no confío en mí, en mi mente y en mi corazón.

Solté el teléfono y lo dejé en el suelo. Tenía una navaja en mis manos. Había echo esto tantas veces. Estaba tan acostumbrada. Tantas veces en el mismo baño, verme en el mismo espejo.

Mis manos temblaban, comencé lentamente a deslizar la navaja en mi muñeca, y vi que una pequeña gota de sangre, que comenzaba a delizarse por mi brazo. No pude hacer más. Era un corte leve, a diferencia de otros, este no quedaría con cicatriz. Me levanté lentamente y me miré al espejo. Mis ojos estaban hinchados, rojos al igual que las mejillas. Eché a correr la llave del agua y puse mi muñeca. Corte un pedazo de papel de baño y presioné un poco para que se detuviera el sangrado.

Salí silenciosamente del baño, cuando oí un pequeño sonido de llaves fuera de la casa. Seguro eran mis padres. Me apresuré, entré a mi habitación y me acosté rápidamente.

Pasaron exactamente 2 minutos y mamá se asomó a mi puerta.

-Hija, cariño, no comiste tu cena, ¿Te encuentras bien? ¿Te duele el estómago o algo? - Me preguntó dulcemente-.

-Si, mamá. Estoy bien. En la prepa comí demasiado. Estoy muy cansada - Le hablé tratando de colocar una voz de "dormida"-.

Como me hubiese gustado haberle dicho la verdad. Estar en su pecho y llorar hasta que mi corazón no de más. Qué mamá valla por unos dulces y comamos juntas.

Pero sé que si le cuento todo, me terminaría matando a mí por ser tan estúpida.

No recuerdo en qué momento me dormí, solo sé que ya era de nuevo de día y que no tenía ganas de ir a la preparatoria.
Miro la hora.

🕦 11:37 a.m.

Mierda. Me había pasado de la hora. Era tardísimo.
Me levanté y me puse el uniforme de inmediato. Pasé al baño y me miré al espejo. Por dios si que estaba horrible. Mis ojos estaban totalmente hinchados. Me miré el corte y tenía formada una débil cicatriz. Me sobe la cara con abundante agua, cerré la llave y baje.

Por Siempre Nosotros...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora