-11-

110 14 1
                                    




Miré hacia la gradería y mi enojo se fue inmediatamente. Ahí estaba ella: mi estrella fugaz, la chica del restaurante. Con mi sudadera. No puedo explicar lo que sentí. El tiempo se detuvo, y en el momento que cruzamos miradas puedo jurar que empecé a creer en los ángeles. Sentí lo mismo que sentí en el restaurante la primera vez que la vi, curiosidad y un remolino en  mi interior. Estaba lejos, pero aún así pude identificar una sonrisa y la frase: "Hola extraña"

-

La miré y mi interior comenzó a acelerarse. Todas las demás personas de la gradería se desvanecieron y el juego dejó de existir para mí; solo éramos ella y yo.  Mi corazón empezó a latir a mil revoluciones por segundo, a cierto punto consideré la posibilidad de que fuera a sufrir un ataque cardíaco. Era ella. ¿QUÉ HACÍA ELLA AQUÍ? La chica del restaurante, mi estrella fugaz, estaba a pocos metros de mí, portando mi sudadera. Con MI nombre.

Me tomó un tiempo considerable conectar los puntos y determinar que era ella la que estaba al otro lado de la pluma, la chica del equipaje. La coincidencia era demasiada. No puedo poner en palabras la conmoción en la que me encontraba. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por un silbato que indicaba la realización de un cambio. El entrenador me hizo señales para acercarme a él.

"T/n, Isa parece tener un esguince, no podrá terminar el partido" se acomodó su gorra "Aquí tienes la banda de capitana, sé que lo harás bien" Asentí y miré a Isa, quien se limitó a hacer la seña del pulgar arriba para indicarme que todo estaba bien. Observé su tobillo, el cual se veía sumamente inflamado. Procedí a colocarme la banda y caminé a cobrar el penal.

Antes de lanzar, miré hacia la gradería, y fui recibida por una sonrisa perfecta. Y en ese momento supe, que todo iba a estar bien. Retrocedí un par de pasos. Inhale profundamente y exhale. Todo estaba en silencio. Hice contacto visual con la portera y corrí hacia el balón. La pateé con mi pierna izquierda hacia la esquina superior derecha. Y el sonido volvió, los gritos ensordecedores me hicieron volver a la realidad. Fui a celebrar con Isa, quien se encontraba sentada en la banca con una bolsa de hielo en su pie, le di un fuerte abrazo. Consecuentemente  sonó nuevamente el silbato del árbitro que nos enviaba al descanso de medio tiempo.

Caminamos hacia los vestidores. Nos sentamos y recibimos unas botellas de agua para hidratarnos. Luego el entrenador nos dio unas cuantas indicaciones, no muchas ya que el partido estaba claramente inclinado a nuestro favor. Solo reiteró que siguieramos así. Asentimos y nos separamos.

Me senté aparte de todas. Exaltada, conmocionada, asombrada, confundida... ninguna palabra podía asimilarse a como me sentía. Fue como si todas esas emociones hubiesen tenido un hijo y pues, así me siento. Como ese hijo. ¿Tiene sentido?

Tal vez exagero un poco. Pero no encuentro una explicación al porqué me siento así. Es solo una chica. ¿verdad?  De nuevo alguien interrumpió mis pensamientos.

"La gente tiene que dejar de hacer eso" pensé. Déjenme tener un colapso mental tranquila, por favor. 

"¿COMO LAS CONOCES?

¿POR QUÉ NO NOS DIJISTE QUE ELLAS VENDRÍAN?

¿POR QUÉ CAMILA USA TU ROPA?"

Fueron unas de las preguntas que logré entender. Mi equipo se estaba volviendo loco.

"Primero, calma" todas cerraron sus bocas. Luego me miraron expectantes, esperando una respuesta.

"Ahora, ¿Puedo saber de qué hablan?" cuestioné. "UNA a la vez" agregué al notar que todas estaban a punto de gritar.

Una de las chicas más jóvenes hizo una señal de que ella hablaría primero. Esto mientras el entrenador hablaba con Isa.

"Milk and Honey" - Camila Cabello / Tú - gxgWhere stories live. Discover now