3: Boo SeungKwan.

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(Boo Prov.)

Hansol maneja mirándome de reojo y mirando las sábanas en las que me había envuelto. Al parecer, el parto estaba a punto de complicarse, porque estaba sangrado y atravesando dolores que jamás, ni en mis peores pesadillas, imaginé sentir.
Dedicó mis energías a inhalar y a exhalar, evitando pensar en la capa de sudor que empieza a cubrir mi cuerpo y la sensación de que toda mi parte baja se rompía en millones de pedazos.

¿Por qué tiene que doler tanto?

Puede resultar un mal momento para ser cursi, pero necesitaba que alguien me diera algunas palabras de aliento, un compañero, alguien que de verdad me acompañara en esos momentos.
Suspiro, pensando en que nunca debí de haber aceptado casarme ¿Cuál era la diferencia? ¿La casa, el dinero? ¿De que servían esas cosas si emocionalmente estaba solo?

Sin darme cuenta, mis emociones, todas aquellas que había colocado detrás de un muro que decía "estoy perfecto, soy el mismo Boo SeungKwan fuerte de siempre" empezaron a liberarse y a romperlo.

Las lágrimas cayeron y me digo una y otra vez que soy un estúpido ¿Desde cuándo me había convertido en una persona tan blanda? Tengo que seguir siendo fuerte, al menos para mi hijo.

Otra contracción.
-¡Argh! -No puedo evitar chillar, el dolor es demasiado grande.
Llevo las manos a la parte baja de mi vientre y reclino la cabeza hacia atrás, buscando aliviar un poco el sufrimiento.

Inhalar, exhalar.

Inhalar, exhalar.

Pero las contracciones no cesan, al contrario, suceden cada vez en menos intervalos de tiempo. Iba contando cada segundo.

Estamos solos, bebé.

-Ya estamos cerca -Dice Hansol -Aguanta, por favor. -Busco mirarlo. Su cabello castaño está despeinado y lleva el ceño fruncido.

¿De verdad está preocupado?, no, seguro tenía miedo de que si me pasaba algo le echarán la culpa. Sí, eso tiene que ser.

-Duele... mucho... -Tengo claro que él no quiere saber nada, pero era necesario expresar lo que estaba atravesando.

¡Mierda! Me siento tan solo.

El auto finalmente se detiene frente al hospital. Agradezco al señor porque ciertamente no puedo más. La sangre no hacía más que extenderse entre mis piernas, y Vernon sólo miraba cada vez más preocupado, lo que me hace pensar todo de forma negativa.
-¿Puedes caminar? -Pregunta una vez a mi lado.

Intento poner un pie fuera del auto, pero todo lo que conseguí fue encogerme de dolor nuevamente. Ya no sólo era dolor en el vientre, si no que se extendía por toda la espina dorsal.

-No -le respondo débilmente -Me duele todo, Hansol... por favor... -Pero él corta mis palabras tratando de alzarme -¡NO! -grito de repente, provocando que me dejara en el asiento -No... duele... me duele, Vernon... bájame... me duele...- el dolor se vuelve más insoportable todavía.

Por favor, que no le pase nada malo al bebé.

Y entonces Hansol hizo algo que hasta entonces no había hecho nunca,colocar sus manos sobre mi vientre y mirándome a los ojos. Es la primera vez mirándonos así, de una manera tan intensa, tan indescriptible.

-Voy a ir por un médico -Me dice - Escúchame bien, Boo SeungKwan.No te atrevas a moverte ni a desesperarte. Iré por ayuda. Así que debes aguantar. Por mí, por nuestro hijo ¿Me escuchas? -¿De verdad está preocupado por nosotros?
-¿Me escuchas? -Repite.
-Sí, te escucho... No me dejes mucho tiempo solo... ¡Ah! -Otra contracción me atraviesa. Él se queda conmigo hasta qué pasa, pero antes de que se vaya sujeto sus manos y le hago estúpidamente otra vez la pregunta. ¿Es que quería seguir auto hiriéndome? -Vas a estar conmigo? Por favor...

¡Joder! ¡Le estoy rogando!

Hansol se muerde los labios y empieza a llorar. Lo sabía no quería saber nada de nosotros. Vuelve a inclinarse a mi lado.

-Tengo tantas cosas que compartir contigo, pero este no es el momento.-Tenía razón. No era el momento de hablar como nuestro matrimonio era una mierda -Debo de ir por ayuda pero antes debes saber... -coloca sus manos sobre mi rostro -Que estaré ahí contigo. Entrare, porque quiero asegurarme que estés bien y ver nuestro bebé nacer. -y después de darme un cursi beso en la frente se va.

Por primera vez en ocho meses, me siento acompañado. Pese al dolor por las contracciones, y esbozo una sonrisa de alivio.

Papá estará para ti.

¡Demonios! ¿Quien diría que estar embarazado me ablandaría tanto, que me sacrificaría así? En cualquier otro momento de mi vida, hubiera mandado por la misma alcantarilla a Chwe, pero todo cambio, me había aguantado toda su mierda. Todo por el bien de nuestro hijo.

¿Esto es crecer y volverse una persona responsable?

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