Nuestro Destino Esta en el Universo (Golddy)(GoldFred)

Estrella Fugaz

"La estrella tu deseo cumplirá, solo tienes que creer que así será".

Palabras insignificantes. Muchas veces había escuchado lo mismo cuando era niña, palabras de ilusión que ahora son tontas como para creerlas. Joy ya no creía para nada en eso, se dió cuenta que solo eran mentiras. La oji-azul tenía angustia en su corazón, pero  ¿De qué? Ni ella lo sabe, no ha sucedido algo fuerte en su vida, o bueno no algo tan fuerte para las demás personas.

¿Qué tan fuerte podía ser un amor no correspondido?

Tal vez demasiado fuerte como para guardar pena en alguien. Fuera de eso, Joy había estado teniendo pesadillas, su sueño había sido perturbado por simples recuerdos de su pasado, el cual ella se negaba a aceptar. Había alguien que le pedía ayuda, una chica de cabello plateado. La rubia en todos sus sueños la intentaba salvar, pero no podía, siempre llegaba tarde, siempre la dejaba morir. Lo peor es que ella tenía un don desde niña, podía ver algunas cosas del futuro en sus sueños. Todo aquello la perturbada a tal punto de dormir con el miedo de soñar lo mismo. Justo por su ventana se apreció una estrella fugaz.

"Rápido, pide un deseo"

-Deseo que ella este bien, deseo poder salvarla, deseo llegar a tiempo- susurró para si misma, mientras un relajante sonido la hizo dormir.

"Gracias"

Luna Llena no llorés más, tus dudas aclaradas serán. Pero la culpa no solo tuya será.

-Mamá, yo creo que es lo mejor- dijo el azabache en modo de súplica.
-Pero... ¿No crees que es injusto?- dijo su madre en modo de súplica.
-Y-yo sé que parecerá injusto, pero es lo mejor, papá ni siquiera se dará cuenta, y si lo hace, ya tiene con quién desquitarse-.
-Entonces puedes decirle a tu "tía" que preparé aquella habitación- dijo su madre.

Freddy se encontraba escuchando, cerca de la puerta, no podía creerlo, su hermano quería alejarlo de su madre.

-Él no tiene que seguir en este infierno-.
-Pero a pesar de que él te acusa de algo que no hiciste... tú ¿Lo vas a salvar?-.
-Es mi hermano, incluso si tengo que soportar el doble que ahora es lo mejor, recuerda mamá, el no debe de saber que fui yo quien organizó esto-.

El castaño quería llorar, ¿Cómo pudo desconfiar de su hermano? ¿Con qué cara lo miraría ahora? El menor vió tantas veces a su gemelo agonizante, con profundas heridas, pero no hizo nada por que su maldito odio pudo más. Si Fred hubiera muerto hubiera sido solo su culpa, por no haberle ayudado, realmente se detestaba en estos momentos. Pero entonces ¿Cómo se enteró su padre? Si no era por Fred ¿Quién se lo dijo? Tal vez le preguntaría, aunque eso significara tener el labio partido luego. Al final ¿De qué le servía llorar tanto? ¿De que servían aquellas lágrimas si el daño ya estaba hecho? ¿Realmente servían de algo?

-Maldita caja musical-.

Maratón 1/5

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Psdt:lo prometido es deuda

Con cariño su autora