Luego de la destrucción...

Capítulo 4

Camino sola por la noche, pero esta vez sin avisar a nadie de que he salido. La última vez que salí a caminar todos pensaron que me había pasado algo, no es mi culpa demorar cinco minutos mas de vez en cuando.

Un ruido. Mierda. Solo a mi se me ocurre cambiar de camino para llegar antes.

-¿A donde vas niña?

Trago saliva y aligero el paso.

-A mi casa, asi que permiso, me retiro.

-No lo creo.

-¿Perdón?

-Éstas perdonada.

Comenzó a caminar hacia mí, ni lo pensé, solo comencé a correr lo más rapido posible.

Cuándo logre alejarme de el lo suficiente, volvi a caminar a mi ritmo normal.

Ahora tendría que inventar algo para esconder mi cansancio, a caso existe alguna maratón matutina en la que me pude haber anotado, no, asi qué no se que puedo inventar.

Alecc esta parado solo en la esquina de casa, esto servirá de escusa. Espera un momento a caso no he prohibido salir de casa a mis hermanos.

Me preocupa que además de ya no hablar ya no oiga nada de lo que digo, más que preocuparme me duele.

-Eh! Como éstas amigo, es tarde para que estés despierto a esta hora.

Me miró y se dirigió al interior de la casa, sin nisiquiera mirarme a los ojos.

Se que me culpa de todo, de estar aquí de lo que sucede y de lo que sucederá, de todo. Pero no puedo hacer nada con el, no quiere participar de las reuniones familiares y ni siquiera decir una jodida palabra. Que tan difícil es decir algo, aunque sea una letra, no tiene que ser una oración completa.

En el interior veo que el resto si me escucha estan todos durmiendo, esta vez Alecc si me mira y solo bast con eso para hacerme llorar.

Como alguien puede hacer éso, para mí es técnicamente imposible, pero si, estoy llorando por que mi hermano me ha mirado.

Cuando las personas dicen que con una mirada alcanza para saberlo todo no se a que se refieren, las miradas que el me da son vacías, sin intención alguna, quizá ese es mí puto problema, busco cosas donde no las hay.