Capítulo 1

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Tokio, Japón, 1822

Las flores de los cerezos caían al suelo con el compás del viento soplando en aquel lugar adornando el suelo de un peculiar rosa. El emperador decidió emprender un viaje al monte Fuji acompañado de sus mejores guardias samurái, pues se cuenta que en el bosque habitan los dioses oscuros y querían ir prevenidos y listos para combatir a los dioses de aquel lugar. Prepararon los caballos y provisiones para el viaje e impartieron este una vez que el sol toco su primer rayo de sol.

El viaje fue tranquilo, la serenidad del bosque y el aire fresco golpeando las hojas de los árboles y pinos indicaba que los dioses estaban en paz; hasta que, del cielo se vieron caer cinco cosas caer con fuerza metros delante de donde el emperador se encontraba. Al darse cuenta de lo que estaba pasando sus hombres y él se aventuraron a averiguar qué suceso tan inquietante y extraño planeaba arruinar su viaje. Cinco chicos se levantaron del suelo solo con un pantalón un tanto ajustado color negro, y de su espalda se dejaban ver dos marcas en forma de V invertida. Los hombres fueron rodeados por los guerreros y cuya reacción por parte de esos misteriosos hombres no era nada seria como se esperaba que lo fuera, al contrario, les era divertido.

- ¿Qué les causa tanta gracia? – preguntó el emperador seriamente hacia los muchachos.

- nos causa gracia el afán del ser humano de temerle a lo que no conoce- contestó uno de los chicos.

- eso se llama instinto, por si no lo sabias – respondió para el aquel joven gobernante – Ahora denme sus nombres.

- ¿Quién es usted para darnos ordenes? - Exclamó un segundo chico, desatando la furia del emperador.

- soy tu gobernante, así que trátame con el respeto que merezco- Ordenó. Un tercer joven se echó a reír.

- nosotros venimos de un lugar donde las ordenes no se adaptan a nosotros, gracias a ello estamos condenados.

El emperador sintió un escalofrió recorriendo su espalda ante la voz grave de ese mas las duras declaraciones que este le hizo. El viento golpeó con fuerza, haciendo que el polvo se levantara de golpe, cegando el alrededor para el gobernante y sus escoltas. El aire que soplaba con fuerza contra ellos calmó, el polvo del suelo cayó y, sin embargo, los chicos desaparecieron del lugar. La duda de quiénes eran y cuál es su misión aquí dejó mucho a la imaginación de todos en el lugar. Desde ese momento, se ha mantenido la alerta de su aparición por las calles de Tokio.

Monster (EXO, the GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora