Juego

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Todo estaba oscuro, mis manos atadas en la espalda, piernas abiertas y flexionadas, apoyadas sobre mis rodillas. Se acercó a mí por detrás y me susurró al oído:

- Te ves hermosa, princesa.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Subió mis ataduras hasta dejarlas sobre mi cabeza, y separó mis tobillos un poco cuando me levanté.

- Vamos a jugar a un juego - dice en todo divertido - Se llama "No puedes correrte hasta que te lo diga" y el título es justamente las reglas.

- Sí, daddy

Me quitó la venda del rostro, y parpadeé un par de veces para acoplar mi vista a la luz y poder verle a él, aún completamente vestido observando mi desnudo cuerpo. Se acercó a mi rostro y a pocos centímetros de mis labios, susurró:

- ¿Lista?

Asentí e intenté acercar mi cara a la suya y besarle, pero se apartó riendo. De repente ya no pude ver nada más, nuevamente había colocado la venda. Sin contacto alguno comencé a desesperarme, sacudí un poco mis muñecas intentando safarme de las ataduras, pero siento que inserta un pequeño vibrador en mi entrada trasera, me quedo quieta.

Él comienza con su trabajo, enciende el vibrador a una potencia media, y comienza besar mis pechos, estimulando mis pezones con su lengua. Arqueé mi espalda buscando más contacto, pero sentí como unas pinzas aprisionaban mis pechos, gemí de dolor y placer. Nuevamente se aparto.

De repente comienzo a sentir suaves caricias en la zona de mi entrepierna, suaves bellos pasaban una y otra vez por el mismo lugar, se sentía como una pluma. Movió esta de lugar, llevándola lentamente hacia mi clítoris, donde comenzó a jugar con esta, pasándola de arriba a abajo, exitandome. Solté varios gemidos medida que efectuaba los movimientos, estaba torturandome.

La pluma se retiró, dandole paso a algo más frio, un cubo de hielo. Acarició lentamente mis labios vaginales, era tan frio que quemaba, pero el ardor me resultaba placentero para luego introducirlo en mi entrada y dejarlo ahí. Aumentó la velocidad del vibrador y yo gemí, cada vez estaba más mojada, no sabía cuanto más iba a aguantar.

Su ataque final fue contra mi clítoris, usando sus dedos como solo él sabía hacerlo, jugó con él hasta que el hielo se derritió por completo. Lo pellizcó, acarició, estiró y estimuló por completo. Yo me retorcía de placer, suplicando por más, o para que acabase la tortura de una vez por todas.

Bajó por completo la vibración, e introdujo un dedo en mí, moviendolo lenta y suavemente. Lloriqueé

- Daddy, necesito más.

Él aumentó la velocidad y yo llegué a mi éxtasis. Mis piernas comenzaron a temblar, pero sabía que no debía correrme.

- DD-Daddy - jadee - Y-Yo m-m-m - gime - Yo...

- No vas a correrte - sentencia sin disminuir sus movimientos - No, no voy a parar o hacerlo más despacio. Te ves tan bonita aguantandolo, intentando no desobedecerme, aunque eso haga a la larga las cosas aún más difíciles - Apoyó su dedo pulgar en mi clítoris y comenzó a masajearlo al ritmo de sus dedos - Tan necesitada de ayuda, ayuda que solo yo puedo darte.

Con la última frase ya no pude más, cerré las piernas de golpe y me corrí llegando al orgasmo. Mis piernas aún temblaban recuperandose del momento, cuando el mayor se colocó nuevamente entre mis piernas.

- Bebé, eso no era parte del juego.

Dió un beso en mi ya sensible clítoris y lamió mi entrada. Esto ya no era placentero, dolía. Gemí de dolor.

- D-Duele - dije con los ojos cristalizados

- Este es tu castigo.

Quitó el vibrador de mi entrada trasera y colocó un didlo que se sentía bastante grande, aún con la zona sensible debido al último orgasmo, lo encendió. Colocó una tanga de apertura lateral para que no se cayera y pude oír como se sentaba en una silla a unos pasos de mí, disfrutando, mientras yo agonizaba.

El didlo exitaba aún más mi ya adolorida zona, provocandome fuertes y seguidos orgasmos que dolían. Yo sólo podía gemir y suplicar que se detuviera.

- D-Daddy - jadeo - P-P-Por F-Fa-Favor -tartamudeo con dificultad.

- No puedes romper las reglas del juego, princesa - sube la intensidad logrando sacarme varas quejas de dolor más - ¿Sabes? Creo que iré a ver una película.

Escucho como se levanta y abre la puerta. Estaba jugando conmigo.

- Por favor, no me dejes así - suplico entre gemidos y jadeos - Voy a compensartelo, lo juro, de la forma que quieras

El vibrador se apaga y me quita la venda, lo primero que veo es su sonrisa petulante. ¿Qué diablos me espera ahora?

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2018 ⏰

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Daddy Kink🍼🍭OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora