Por la noche miro al cielo intentando encontrarte en alguna estrella.
Brillan como tus ojos lo hacían al mirarme, como después de cada beso incrustabas tu mirada en mi rostro.
Aún recuerdo tus brazos, eran tiernos y tersos.
Pero lo que más me gustaba de ti era tu poder con el tiempo, como hacías que parase un instante, instante en el que nos fundiamos en un suave y delicado beso.