6 de febrero de 1728 *12 años atrás*
Querido diario, hoy es el día donde pierdo mi alegría y todo lo que soy. Que te parece a ti que mis propios padres me han traicionado; me han entregado a los brazos de un completo desconocido, sin mi consentimiento claro está, así como entiendes tal parece que el rey Eduardo III, mi padre, me ha ofrecido como una ofrenda de paz a Inglaterra, como próxima esposa del príncipe en cabeza a la realeza.
-Alexandra ¿ya empacaste tus cosas?- preguntas mi madre entrando con brusquedad a mi aposento^. Apenas veo su entrada cierro mi diario con rabia . Y me dispongo a escucharla sin ningún problema, pues conozco sus actitudes, si no la tratas como ella quiere serás castigado
-no madre, aún me faltan mis pertenencias de valor para que me puedas encerrar en un castillo ajeno con un viejo verde que se volverá mi esposo- le digo a mi madre en un tono de recelo y sarcástico demostrando su repulsión ante los tratados de todos
- hay querida , siempre tan dramática, para tu información tu prometido es apenas un año mayor que tú, por Dios cariño tiene 19 no es ningún viejo verde- dice ella tratando de calmarme- doncellas, empaquen todo lo necesario para que nuestra princesa tenga todas sus comodidades en su nuevo palacio- reclama parándose y saliendo de mi aposento.
Dios está mujer me saca de mis cosillas, no se si agradecer o implorar por el hecho de que ya no la tendré en mi vida diaria. Cansada de las cuatro paredes que me encierra decido dar una vuelta por el jardín.
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^ habitación- cuarto- alcoba
