Capítulo 5

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El aire frio le pegaba en la cara mientras corría, y respiraba con dificultad. Aunque seguía temblando, sabía que tenía que llegar hasta el final. Si el chico se había tomado una sobredosis (y estaba segura que asi era), entonces no sería peligroso, e incluso aunque lo fuera, ella tendría que arriesgarse.

Josh lo habría hecho. No lo habría dudado, por grande que fuera el peligro. Ella siempre le había admirado por eso, y ahora que tenía la oportunidad de descubrir qué había sido de él, por amor a su hermano debía comportarse con la misma valentía. De pronto, reparó en algo que no había visto desde la ventana.

Se detuvo y bajo la mirada. Un rastro de pisadas en la nieve se prolongaba hacia la entrada del parque Stonewell. Miró a la derecha y vio que las pisadas venían de muy lejos. Alguien había caminado en esa dirección desde Beckdale después de la última nevada.

No tenía la certeza de que esas huellas fueran del chico, pero estaba convencida de que él se hallaba cerca, pues no era probable que alguien hubiera salido a caminar en aquel lugar perdido en una noche como aquella. Se obligó a seguir corriendo por el camino en dirección al parque sin perder de vista las huellas. Mientras corría, le parecía oír la voz de su padre gritándole que se parara, que volviera a casa y que llamara a la policía.

Pero ella ahuyentó esos pensamientos. Lo hacía por Josh. No era asunto de la policía, por lo menos aún no. Era asunto de la familia. Su padre no estaba allí, y aunque Dusty le llamara al móvil, él no podría llegar hasta donde estaba el chico tan rápido como ella. Asi pues, aquel tema dependía de ella, y seguramente era mejor así. Por mucho que afirmara lo contrario, su padre no era un hombre que se manejaba bien en situaciones de crisis.

La verja de entrada al parque Stonewell estaba cerrada, como había supuesto. Examinó las huellas para ver si la otra persona había saltado la verja o se había colado por el hueco que había en lae valla.

El hueco de la valla: era de esperar. Pasó también por la estrecha abertura y corrió siguiendo las pisadas. Bajaban por la pendiente en dirección al bosquecillo que había en lo más hondo del parque. No se veía a nadie por ahí, pero la quietud de aquel lugar hizo que aminorara la marcha.

Algo le daba mala espina y no era sólo el silencio. La misma luz se veía extraña, puede que fuera la combinación de la oscuridad y la nieve, pero en el aire flotaba una luminosidad fría y misteriosa. Los arboles brillaban con lo que parecía un fulgor sobrenatural, mientras que, a lo lejos, la cumbre del cerro Raven resplandecía en la noche.

Dusty aceleró el paso ansiosa por resolver el misterio. Al menos allí, con un tiempo como aquél, no habría drogadictos ni vagabundos, sólo el chico y ella. Al oír el rugido de un motor en la calzada, se detuvo.

No era el coche de su padre.

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2018 ⏰

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