Capítulo VII: Atrévete y vive.

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N E R E A

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N E R E A

Observé por última vez el lugar por donde Cavendish desapareció, sentía como mi corazón golpeteaba con fuerza mi pecho, pero estaba segura de que había tomado la decisión correcta, al menos, de momento. Al observar el bosque, este adquirió una nueva perspectiva para mí, las imágenes del pasado venían a mi mente conforme observaba a los alrededores, y no podía evitar sentir un nudo en mi garganta. Este lugar, ahora representaba algo mucho más significativo y hermoso para mí, ya que, no solo formaba parte de mi pasado, sino que era parte de mi presente, y quizás solo quizás, también formaría parte de mi futuro.

Los rayos del sol acariciaron mi piel con gentileza y la hicieron entrar en calor, y al sentir la fresca brisa, que llevaba impregnada consigo el olor del rocío de la mañana, no pude evitar sonreír. Me sentía alguien renacida, por fin, después de tanto tiempo, podía ponerles una voz y un rostro a aquellas personas que tanto me hubiera gustado conocer, y quizás el entender que ellos no se deshicieron de mí, generaba una dicha indescriptible dentro de mi corazón.

Nuevamente la fresca brisa sopló y me vi obligada a sujetar mis brazos, traía la ropa empapada. Inhalé profundamente el aire mientras cerraba los ojos, y luego de contar hasta cinco, decidí regresar a la posada. Para esta hora, era más que probable que Marcus y Micaela ya hubiera partido a la inauguración. Debía disculparme con ellos, más tarde los llamaría para hacerlo, estoy segura de que debieron preocuparse mucho al verme correr de aquella manera.

En cuanto salí del bosque y observé a la autopista, pude ver una patrulla de policías alejándose de la posada, no pude evitar observarlos a medida que se alejaban, ya que no recordaba que algún policía se hubiera hospedado aquí cuando me fui. Al acércame a la puerta para poderla abrir, escuché la voz de Mildred, ella estaba llorando en el interior, al igual que Micaela, mientras que Marcus, trataba por todos los medios de decirles que yo estaba bien y que volvería pronto. Sujeté el picaporte durante unos segundos, los cuales parecieron eternos, y luego, lo giré, las bisagras rechinaron y finalmente la puerta quedó abierta. Ellos me observaron atentamente, sus rostros denotaban sorpresa, Mildred y Micaela se limpiaron las lágrimas, mientras que Marcus emitió un sonoro suspiro que llenó la habitación por completo.

Bajo la luz de la luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora