Perfecta Casualidad♡

Capitulo 4

Elijo la mesa en donde siempre nos sentamos mis amigas y yo a como era de esperarse ellas ya estaban sentadas.

-Quieres sentarte conmigo o prefieres ir a explorar.

-No, créeme que en este momento no tengo mejor compañía que tu. 

-Muchas gracias Noah.

Nos sentamos y noto las caras atónitas de Sam y de Vania las cuales no quitan la cara de sorprendidas.

-Hola chico nuevo- le dice Sam mientras estrechan la mano.

-Soy Noah, perdón por no habérselos dicho antes

-No te preocupes Noah, y dime ¿Como a estado tu primer día?.

-La verdad todo es estupendo no tengo nada de que quejarme y mucho menos de la gran compañía que tengo- me mira y siento calor en las mejillas, ya me sonroje!

-Vaya, que bien- dice Sam sonriendo.

-Bueno y ¿Tienen alguna clase juntos?

-Sí, con el profesor Ezra- contesta Noah.

-Uy tienen ciencia juntos- bromea Vania.

Noah sonríe y se sonroja.

-Pues claro- interrumpo y todos se ríen.
¡Rinnn! ¡Rinnn! Suena la campana anunciando que se ha acabado el receso. Todos nos paramos de las sillas, Sam y Vania se van juntas por que tienen la misma clase. Noah y yo salimos a lo ultimo.
-¿Cual es tu próxima clase?

-Edificio D, filosofía.

-Oh pues vamos a mi me toca Gimnasia en el mismo edificio.

A como vamos caminando el me pregunta cosas de la escuela como el almuerzo, y los deportistas, pero sinceramente me cuesta muchísimo trabajo sacarme si nota de la cabeza,

¿En realidad Noah sentirá lo que yo siento? ¿Solo lo dice por cortesía? Enserio que si no encuentro respuesta corro el riesgo de volverme loca.
Ya termino el día de clase, recibí 16 rosas, no me esperaba tantas, en serio que sorpresa. Salgo del instituto y chicas no estaban, se habían ido sin mi, no me lo creo juro que las mataré cuando las vea, que clase de mejores amigas se dicen ser si me dejan abandonada, juro que estoy súper enojada es que eso no se hace y en ese momento en que quería gritar alguien me toca la espalda volteó y veo a Noah,  dios juro que es el chico perfecto.

-Hola Nat, me tome el atrevimiento de decirles a Vania y a Sam que se fueran sin ti para ver si aceptabas salir conmigo.

-¿Ahora? ¿O sea ahorita que si salimos ya?- estoy confundida y ahora deseo agarrarlas a besos en lugar de matarlas jajajajaja.

-Si tienes otros planes podríamos quedar otro día.-

Note como su cara se ponía triste.

-Claro que quiero, anda vamos que de algo debe de servir venir bien combinados.

-¿Quieres que te diga a donde iremos o prefieres sorprenderte?

-Uhmm, sorprendeme!

La sonrisa que vi en su rostro era entusiasta, feliz, pero también tenia algo de traviesa. Estaba demasiado intrigada, que me tendría planeado y como hizo para planearlo si no conoce a nadie más que a mi.

-Listo, llegamos.

No me ubico para nada, es un lugar a las afueras, se puede ver como corre el agua del río, es el mejor paisaje que mis ojos han apreciado, claro que después de la sonrisa de Noah.

-Perdón pero no me ubico Noah.

-No te preocupes, no es como que te vaya a abandonar aquí.

-Esta bien.

-Bueno, si te sientes incomoda nos podemos ir Nat.

-No, ntp, solo es que... vaya, si menhas sorprendido!

-¿Me sigues?- pregunta y me hace un ademán con las manos para que lo siga.

No caminamos más de 7 metros y veo una hermosa cabaña, es realmente bella, tiene un estilo rústico maravilloso. Se dirige a la puerta y me dice.

-¿Gustas pasar?

Asiento y entramos, es más hermosa por dentro que por fuera, veo una mesa con 2 platos, una mesa, velas y una docena de rosas del mismo aspecto de la que me dio en la mañana.

-Por favor toma asineto- señala la silla enfrente de las rosas.

El se sienta en la silla continua a la mía.

-Son tuyas Nat, espero que te gusten.

-Oh por dios, si una era fabulosa 12, dioos muchísimas gracias Noah no tenias que molestarte.

-Lo que sea por la niña más hermosa de canada.

-Noah, en serio muchas gracias, eres increible.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Claro, dime.

-Pero necesito que te acerques.

Me levanto de mi silla y el hace lo mismo, cuando pienso que me susurrara al odio me da un dulce beso en la mejilla, me mira a los ojos, esos dulces ojos color avellana que nos impresionantes y me dice:

-Perdón.

-¿Por q...- no pude interrumpir y cuando caí en cuenta nos estábamos besando.