Querido amor.

Capítulo 8 ~ C-I-T-A.

Capítulo 8 ~ C-I-T-A (Christopher).

El día de escuela se acabó y yo no sabía qué hacer... ¿Tengo que ir a buscarlo? ¿O él me va a buscar? ¿O ya me está buscando y no me encuentra...?

Ni siquiera puedo creer que esté haciendo esto. Apenas sé su nombre, nunca hemos hablado realmente, espero que no sea un patán... No tiene cara de serlo pero aún así, me invitó al 3er día de habernos visto por primera vez. Ah... Esto es confuso...

- Hey, hola. - volteo y ahí está él, guapo y sexy como siempre (y con siempre digo desde el Lunes).

- Hola. - sonreí sonrojado.

- ¿Nos vamos?

- Sí...

Subimos a su auto y fue cuando me empecé a sentir más inseguro, tenía tantos pensamientos que sentía que en cualquier momento explotaría.

- ¿Cómo estás? - Él rompe el silencio.

- Bien, gracias, ¿Tú? - lo voltee a ver cuando no pude evitar ver sus brazos, no, yo no soy de esos que suelen violar a la gente con la mirada, esto es especial, ya, perdón, voltearé a otro lado.

- Bien... Me gusta tu atuendo de hoy.

Oh, Dios, alguien ayúdeme, me sonrojo tanto cuando estoy con él que de seguro debe pensar que el rojo es mi color de piel natural.

- Gracias, también me gusta tu ropa de hoy. - dije sonriendo.

Me siento como un tomate, un tomate sonriente.

Llegamos a un lugar llamado "La vita", abre la puerta, se baja, la cierra y corre hacia el otro lado para abrir la mía...

Está bien, seré sincero, fue estúpido venir, no lo pensé y a esos músculos no pude decirles que no, ahora me siento cono un completo idiota, de seguro piensa que después de comer podremos ir a otro lado a hacer... Cosas, pero no, prefiero ir caminando a casa.

Nos sentamos en una mesa que está cerca del balcón, el lugar era de dos pisos, manteles verdes, sillas negras, había muchas pinturas, me gusta este lugar.

- ¿Tienes hambre? - Oh, sí, muero de hambre, cuido mucho mi alimentación e intento no comer mucho, pero hoy podría comerme todo el menú y seguiría hambriento.

- Sí... Mucha.

Ambos reímos.

- ¿Qué quieres comer? Puedes pedir lo que sea, yo te invité así que no te preocupes por la cuenta.

Eso... Eso lo dijo de una manera diferente... Tal vez no sea un patán... Tal vez sí le gusto... Pero... Ah, no sé, no logro pensar con claridad estando enfrente de él cuando me sonríe de esa manera tan cautivadora.

- Ah... Gracias. - Y este es el momento en que me vuelvo a sonrojar y sonrío al mismo tiempo por 3ra o 4ta vez estando con él.

Llegó el mesero e hicimos la orden, pedí un espagueti a la boloñesa y el pidió una pizza a la leña.

- Cuéntame de ti... ¿Cuál es tu color favorito?

Este chico es raro, me convenzo de que es un patán y después hace algo para que piense lo contrario.

- El azul caribe... ¿El tuyo?

- Azul rey.

Sí, sí es gay, bueno, eso ya lo sabíamos desde que me invitó a salir pero ahora sabemos que se sabe los colores...

- M... ¿Cuál es tu película favorita?

- Creo que... Memorias de una Geisha. - dije sonriendo, amo esa película.

- ¿En serio? A mi mamá le encanta esa película y también el libro.

Ambos sonreímos, bueno, por lo menos tendré de algo de qué hablar con mi suegra... Ah. Tal vez pensar eso fue inapropiado.

- ¿Cuál es la tuya?

- Todas de Rápido y furioso.

- Nunca las he visto...

- ¿Qué? ¿Por qué?

- No sé, no suelo ver películas tan... Así.

Volvimos a reír.

Era lindo, más que sus músculos y su cara, su interior me empezaba a gustar.

- ¿Ya tienes amigos?... O sea, no digo que no tengas... Pero eres algo tímido... Y... Bueno...

Reí.

Al principio las personas creen que soy tímido, que no hablo mucho, o que no me gusta hablar para nada, y digo, es cierto, la mayoría de las cosas las pienso, pero cuando me conocen y estoy en confianza todas esas cosas que pensaban de mí son falsas.

- Sí, jajaja, sí tengo amigos, creo que uno de tus amigos es amigo de una amiga mía, su nombre es Samantha.

Se quedó pensando.

- Creo que es Alejandro, o no sé, tengo dos mejores amigos, uno de ellos me dijo algo.

Reímos.

- Perdón, tengo muy mala memoria.

- Está bien, con que no olvides mi nombre no pasa nada.

- No lo haré.

Nos miramos a los ojos.

Sentía que sólo existíamos él y yo, como si el tiempo y el universo se hubiera parado, sentía como si hubiera una conexión entre nosotros dos, sentía como si con solo mirarlo pudiera tocarlo, por un momento sentí como si toda la tristeza del mundo hubiera desaparecido... Sólo el y yo.

De repente el mesero llego con nuestros platillos, me sentí raro, ¿Vergüenza por decir que siento algo tan grande por alguien que acabo de conocer? Debe ser eso.

Sonreímos tímidamente y empezamos a comer, estaba comiendo, tranquilo, observaba a la gente desde el balcón, cuando volteo a ver lo que había en su plato, sí era pizza, pero no era cualquier pizza, parecía que con eso podríamos desaparecer el hambre en África, ¿se la va a comer toda? Una pizza de 8 grandes pedazos... No, no puede ser... No creo que le quepa.

Terminamos de comer, y sí, si vamos a ser algo más que amigos tiene suerte de que sé cocinar, se la comió entera, nunca había visto algo así. Pagó, agradecí tímidamente y nos fuimos, estábamos en su auto cuando se estaciona y me ve.

- ¿Te quieres ir a tu casa? - No entendía lo que quiso decir...

- O sea, es que quiero llevarte a un parque cerca de aquí y ya después te puedo llevar a tu casa, pero si quieres que te lleve ya, te llevo.

Me había olvidado de lo que pensé que tenía planeado... Él no es un patán, tal vez es impaciente y no quiso esperar más tiempo a invitarme... Él realmente quería conocerme...

- Creo que... - Por un momento sus ojos se volvieron los de un lindo cachorrito - Me gustaría ir a ese parque.

Sonrió y nos fuimos a ese parque... Encendió el radio y estaba sonando Born To Die de Lana Del Rey, empecé a cantar en mi mente cuando mi mente se volvió con mi boca.

- Cantas muy bien. - dijo él sonriendo.

Esa sonrisa, ah... Esto es tan nuevo para mí, nunca había salido con alguien y estos sentimientos...

- Gracias. - dije, pero por alguna rara razón esta vez no me sonroje, sólo sentí ~algo~ en mi interior.