Después de la charla con Simona. Junior decidió hacer una cena especial para Blas, para que estén solos.
《Minutos después de la cena》
Junior junta la mesa dejando todo organizado en la casa de Simona.
Se dirije hacia Blas.
- ¿Qué sigue? - pregunta Blas ansioso.
- Vení. - dice Junior agarrando su mano y direccionandolo hacia los cuartos.
Junior voltea.
- No mires eh. - dice mientras le tapa los ojos con su otra mano.
- No. - dice Blas riendo.
Parados en la puerta, Blas entra y observa la habitación. Estaba llena de velas haciendo un ambiente especial, pacífico acompañado de una luz tenúe.
- ¿Te gusta? - pregunta Junior.
- Me encanta. - contesta Blas.
Los dos se pierden en un beso cálido. Junior posiciona sus brazos alrededor del cuello de Blas. Acto seguido se abrazan. Ese tipo de abrazo que dura, que es donde se juntan los corazones.
Luego de un rato se separaron. Sujetándose las manos se dirijieron hacia la cama.
Blas se direcciona a un lado de la cama y Junior se direcciona hacia el otro.
Se miran a los ojos. Todavía no podían creer que estaban juntos y solos.
- Estoy nervioso. - dice Junior con una sonrisita llena de seguridad y miedo a la vez.
- ¿Estás seguro de esto? - pregunta Blas.
- ¡Sí! ¡estoy muy seguro! Sólo que... no sé cómo hacerlo.
- Vení. - Blas se saca la campera, pasa por encima de la cama hasta posicionarse enfrente de Junior.
Blas toma su mano.
- No hay reglas para esto, sólo dejate llevar, Junior.
- Bueno, pero y si...
Blas lo besa interrumpiendo lo que iba a decir. No quería esos "pero y si pasa esto y si pasa lo otro", sólo quería disfrutar de esa noche.
Sus cuerpos caen sobre la cama.
Junior detiene el beso.
- Sos hermoso. - dice mirándolo embobado.
Estaban tan cerca, tan juntos. Sus cuerpos ardían. Podían sentir sus respiraciones. Podían sentirse después de tanto esperar.
- ¿Pensas seguir mirándome o me vas a besar? - exije Blas.
- Bueno, andamos mandones eh.
- Es que no soporto más la tensión que tenemos cada vez que estamos así de cerca. Besame de una, basta de hacerme sufrir. - ruega Blas haciendole puchero.
- Mmm... pero está bueno eso de jugar con la tensión.
- Jaja sos gracioso eh, ¿no era que estabas muerto de miedo? ¿qué te haces el canchero ahora?
- Es que me siento súper seguro con vos.
Era así de verdad. Junior se moría de miedo, pero al tenerlo así de cerca sus miedos desaparecieron y el amor que sentía por él era más fuerte.
- ¿Y si dejamos de hablar mejor? - dice Blas evitando todo el chamuyo.
- Está bien, per...- Blas lo besa para que se calle.
Ambos se hunden en un beso lleno de pasión. Comienzan a sacarse la ropa quedando los dos cuerpos completamente desnudos y posicionados uno arriba del otro. No paraban de besarse, no podían desprender sus labios del otro.
Minutos después Blas comienza a besar el cuello de Junior, pero inmediatamente vuelve a sus labios.
No podían creer que estaban juntos, solos, sin nadie que los interrumpa.
No podían creer que estaban juntos al fin. Fue una noche de pasión y amor. Una noche que no se olvidarían jamás. Una noche que reafirmo todo aquello de lo que antes había dudas.
