°~•Frenarte•~°

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La pelea que Junior y Blas habían tenido fue muy fuerte. Los dos estaban destrozados. Junior pensaba que Blas lo engañaba y ya no lo amaba más. Blas pensaba lo mismo que Junior, pero se agrega la culpa que sentía por todo lo que le pasaba a Junior, pensaba que él era el causante de todo.
Y entre culpa va y culpa viene, el causante de toda esta detonación de culpas y peleas era Lucio. Nadie sabe qué es lo que busca, pero sus actitudes eran un claro ejemplo de que los quería separar. ¿Para qué? No lo sé.

Junior, influenciado por Lucio, decidió volver a la clínica para dejar de sufrir por Blas y dejarlo hacer su vida en paz. Lucio estuvo de acuerdo con él y fue a comunicárselo a Diego. Diego no estaba de acuerdo, quería a su sobrino con él, no quería que vuelva a ese lugar. Estaba arrepentido de haberlo hecho la anterior vez, pero esta vez no dejaría que esto fuera así.
Luego de pensar toda la noche decidió no dejarlo y convencerlo de que no lo haga.
Al otro día Junior se levantó, se cambió y bajó a buscar comida. No quiso desayunar con nadie.
Al entrar a la cocina estaba Simona no haciendo nada, como siempre.

- Buen día, Ju. - dice Simona.

- Buen día. - contesta con un tono enojado.

- Eu, ¿te pasa algo?

- No, Simona. No me jodas. - contestó y se retiró de la cocina.

Simona quedó confundida por esa respuesta, pero decidió no darle importancia.

Junior subió a su cuarto sin prestarle atención alguna a su tío y a Romeo que estaban desayunando.
Diego al rato subió para hablar con él.
Tocó la puerta y de inmediato entró al cuarto sin esperar una respuesta. Junior, estaba armando el bolso.

- No no, pará pará pará. No podés estar hablando en serio. Esto no. - le dijo acercándose a él.

- Mira tío - contestó - yo no te pido que me entiendas. Yo sólo te pido que me banques en esta.

- No, Junior, no. Es una locura volver ahí, aislarte, sólo por lo que pasó con Blas. Tenés que quedarte y tratar de solucionarlo, no sirve escaparse.

- Tío, andate, dejame solo. No te quiero escuchar. - dijo dándose la vuelta y continuando con el bolso.

Diego salió de la habitación enojado y preocupado. Al salir se cruzó con Romeo.
Romeo al verlo tan enojado a su tío le preguntó qué le pasaba.

- Tu hermano me pasa. Quiere volver a la clínica. - le dice.

- ¿Cómo que quiere volver a la clínica? No. Me imagino que no lo dejás, ¿no?

- Romeo, intenté todo, no me escucha. Quiere volver a la clínica sí o sí.

Romeo, Simona, Diego, Javiera, Lucre, intentaron todo. Pero no consiguieron nada.
Simona decidió ir por la última arma: Blas.
Agarró su celular y a escondidas, lo llamó.

- ¿Hola?

- ¿Blas? Blas, vení para la casa de los Guerrico, por favor. Junior quiere volver a internarse y nosotros hicimos de todo, pero no pudimos, y creo que vos sos el único que puede frenar todo esto.

- ¿Qué? - preguntó asombrado por toda la informacion que le tiró Simona.

- Te necesitamos. Por favor.

- Ya mismo voy para allá.

- Gracias... - cortó con la esperanza de que Blas haga algo.

Blas no podía dejar el bar solo, pero se empezó a desesperar de tal manera que terminó peleando con varios clientes.
Cuando logró al fin irse y llegar a la casa de los Guerrico, ya era tarde, Junior se había ido.
Salió en busca de él. Corrió desesperadamente. Corrió, corrió y corrió, hasta que al fin lo encontró.

- JUNIOR - gritó - JUNIOR POR FAVOR.

Junior no quería escucharlo, estaba negado a darse vuelta, estaba negado a despedirse de él. Comenzó a acelerar el paso, pero Blas lo alcanzó.
Lo agarró del brazo obligando a parar y a darse la vuelta.

- Junior, por favor, no lo hagas.

- No, Blas. No me mientas y tampoco me pidas que me quede, ¿para qué? ¿para seguir sufriendo? ¿para que me sigas engañando? Estás mejor sin mí.

- No, Junior, te hiciste una película que nada que ver. - dice entre lágrimas - Estoy mal. Estoy mal por vos, Junior. Porque todo lo que me pasa a mí es por vos. Estoy feliz por vos, estoy triste por vos. Me levanto todas las mañanas pensando en vos. Pensando en cómo estás, en qué hacés, en si todavía me pensás, en si me extrañas, en si voy a tenerte de vuelta todos los días en la casa caminando, hablando, cocinando. Siempre sos vos.

Junior no sabe que decir más que llorar por todo lo que le confesó Blas.
Al no tener respuesta alguna de Junior, Blas lo toma de la nuca, se acerca hacia él, siempre fijando sus mirada entre sus ojos y su boca, y lo besa. Fue unos de los besos más apasionados que se dieron. Beso que acumula distancia, ganas, deseo; pero, sobre todo, amor. No pararon ni para respirar. La distancia les dolía, no poder demostrarse su amor cada día les dolía, la gente que quería separarlos les dolía.
Después de un largo tiempo besándose, se separaron.

- Blas... - dice Junior casi sin aire y con los labios rojos - ¿en serio me amás tanto?

- ¿Ese beso no te lo dejó claro? Yo te amo, Junior. Nunca me pasó esto con una persona. Te amo desde que te vi por primera vez, ahí, en el colegio con esa sonrisa y esos hoyuelos que me hacían temblar cada vez que se hacían presente. Te amo. Te amo.

Junior suspira y sonríe avalanzándose sobre Blas y rodeándolo con sus brazos.
Blas contesta abrazándolo y acariciándole la espalda como acostumbraba a hacer.

- Te amo, Blas. - dice Junior con una sonrisa - Y perdón por todo lo que te dije e hice. No lo mereces, perdoname, es que... me asusta la idea de perderte o de que me dejes de querer con todos los problemas que tengo.

- Junior, yo ya te dije: en los días malos te voy a querer más, mucho más. Te amo así, lleno de problemas. Nunca te voy a dejar solo, vamos a superar estos problemas juntos, te lo prometo. Estás perdonado. Y perdoname vos a mi por lo que te dije ayer en el bar, pasa que ya no sabía qué hacer. Perdón.

- Sos un chamuyero, pero estás perdonado.

- Callate nabo, si te encanta que te chamuye. - dice con una sonrisa provocadora.

- Te amo.

Se besan y abrazan.

- ¿Vamos a casa? - pregunta Junior.

- "A casa" que lindo suena eso saliendo de tu boca. Vamos.

▪°•°•BLASNIOR•°•°▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora