Soñé muchas veces con tenerte entre mis brazos, besarte y no dejarte ir... Y lo logré, trabaje y lo conseguí; tú solo sonreías para mí, podía besar tus dulces y suaves labios, recorrer con mis manos tu delicado cuerpo, logré ser yo el único que te hizo sentir placer... Creí que esto duraría para siempre, pero me equivoqué.
Vi como lentamente te deterioradas cada día, sentí tanto miedo cuando te desmayabas y vomitabas, no podía ayudarte, no sabía cómo.
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Llegó el día en que nos dirían la verdad, en el que nos dirían que te sucedía... Pero no me esperaba lo que paso...
Los meses fueron pasando, y con ellos tu alegría se fue marchitando; te dejó de importar todo, te rendiste, lloraste, te enojaste, yo solo podía permanecer a tu lado, no sabía que palabras usar ni como solucionar todo... Luego de todo eso, sólo te recuerdo a ti en una cama de hospital, tomando mi mano y suplicando que te perdoné, yo no tenía nada que perdonarte, porque tu no habías hecho nada
- Lo siento, de verdad lo siento... No quiero dejarte, no quiero irme -
Te veía llorar desconsoladamente, veía como sufrías, pero no sabía que hacer, y sólo dije lo primero que se me vino a la cabeza...
- Te amo -
Tus ojos lleno de lágrimas me miraron, con un pequeño toque de melancolía y nostalgia, sonreiste un poco y aún cayendo lágrimas por tu bello rostro dijiste las palabras más hermosas para mi...
- Eres el amor de mi vida -
Te abrace con fuerza, deseando nunca soltarte y por siempre sentir el calor de tu cuerpo, pero luego solo sentí frío... Un frío abrumador que caló todo mi cuerpo, y por primera vez desde que nos dieron la noticia... Lloré
Jamás olvidaré tu bella sonrisa ni tu suave voz... Mi mente y corazón solo te pertenecen a ti... Sólo a ti.
