Nota 12

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¡Hola, chico de los ojos azules! 

Me gusta como duermes, aunque es un poco raro que todavía te chupes el dedo, pero así me gustas.

Con mucho amor Liv.

—¿Te chupas el dedo?—Preguntó con burla Hanna

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—¿Te chupas el dedo?—Preguntó con burla Hanna

—No—Respondió Ian, estaba rojo de la vergüenza.

Hanna empezó a reír cual foca—No te avergüences, todos en algún momento nos hemos chupado el dedo. Yo lo hacía cuando tenía 5 años

La rubia intentaba no reír, pero le era imposible.

Ian guardó la nota y se sentó a lado de su amiga—En mi defensa no tiene nada de malo que me chupe el dedo, todos tienen algo que les hace especial.

—¿Lo que te hace especial es que te chupes el dedo?

—Si—Respondió el castaño con orgullo—¿Alguna vez has visto algún chico de 17 años que se chupe el dedo? Aparte de mi, claro

Hanna movió su cabeza en forma de negación

—Entonces eso me hace especial, porque nadie mas lo hace.

Hanna rodó los ojos al escucharlo. No podía creer que una persona como él le gustara, pero estaba feliz. Sabía que el amor no necesitaba ser perfecto, sino verdadero.

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Besitos azules.

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