Verso 28

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La noche absorbe el sufrimiento sellado en mi piel,
cicatrices de guerra y lágrimas que saben a miel.

Me cubre con su manto estrellado.
Me baña en luz celestial, dejando el destino en otras manos.

Junto a ella, descubro, que no hay tal cosa como el rubro.

Es el espacio, dónde me invita, a crear maravillas.

Versos de medianoche.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora