#2 ¿Mi error?

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Había llegado al parque Yongdusan hace alrededor de diez minutos. Esperé un poco más y vi a un chico alto y delgado, con el cabello negro y la piel blanca.

—Hola. ¿Cliente de la página web?—

—Así es.—dijo en tono neutro.

Le extendí una USB roja, con una cruz negra.

—La dirección de la página esta aquí mismo. Edítatala a tu gusto, y será visible al público. —

—Exelente.— dijo, mirándome a los ojos.

Era absorbente. El color de sus ojos. Me perturbaba un poco.

—Bien...serán 800,000 wones.—

—Woa. No mentías acerca de la cantidad.— sacó su cartera del bolsillo trasero.

—Si, bueno, ya sabes, uno que necesita sobrevivir y tal...— me miró nuevamente a los ojos, y sonrió.

Santo dios. Era la sonrisa más preciosa que había visto.

Oculté mi asombro con esfuerzo.

—Aqui tienes. Tomó mi muñeca y depositó el dinero. Ha sido un placer hacer negocios contigo...este... —

—Taehyung. Me llamó Taehyung. —

—Taehyung.— dijo en un susurro. —

—Oye...¿para que usarás la página web?—

Me miró algo desconfiado. Luego sonrió ampliamemtre sin mostrar los dientes.

—Solo es un juego.—

Seguido de esto me dió la espalda y se marchó dando grandes zancadas.

Me quedé embobado por un buen rato, incapaz de dar un paso. Era confuso.

¿Mi error? No haber preguntado su nombre.

¿Mi deseo? Por alguna extraña razón: volver a verlo.






Volví a mi apartamento a eso de las 8:00 pm, luego de deambular por ahí y comprar provisiones para no morir, aprovechando que habia salido.

Al llegar, me percaté de que mi puerta no estaba cerrada, me puse alerta y empujé suavemente la puerta causando un molesto rechinido. Ingresé poco a poco y salté de la sorpresa.

Solo era Jin.

—¡Hey Taehyung! Sabía que volverías pronto. ¿Qué tal el encargo? ¿Fue bien?—

—¡ah!— que alivio  —Solo eres tú... me ha ido de maravilla. — entré completamente y cerré la puerta.— ¿Qué haces aquí? Creí que estarías con Nam.—

—Si...bueno. Tuvimos una pequeña pelea, y no quiero estar cerca— dijo mirando al suelo. —¿Puedo quedarme aqui esta noche?— dijo con ojitos de chachorro.

—Claro. Siempre eres bienvenido.— dije sentandome frente a mi escritorio.

—¡Gracias!— se levantó y me abrazo por la espalda. —Es lo malo de pelear con tu roomie, ambos deben volver al mismo lugar, y peor si es tu novio.—

—Supongo.— dije seco, absorto en mi blog.

—Por cierto, Jennie y Lisa no deben tardar. Las invité para pasar el rato.—

—Bien....—

Comenzé a escribirle al chico azabache, sin ninguna razón en especial, creo.

Para: @ nch97_09
De: @ TxeTxe_95

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