#9 K.O

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-Necesito mejorar mi técnica- dije en un susurro para mí mismo -también disminuir el tiempo que me lleva llegar a un número determinado de muertes y aumentar mi desempeño. Todo ello para complacer a Bunny, para ganar y unirme a él. Para atraerlo a mí de una vez por todas.-

Y por eso tenía un plan. Uno brillante.

Iba a convertirme en francotirador.

Era cierto que con mi fusil de asalto no iba a ser tan sencillo, pero funcionaba. No tenía que preocuparme por nada, ni la policía ni nadie, Bunny los tenía bien controlados para que su concurso carmesí siguiera su curso fluido como lo hacía hasta ahora. Y justo así era, pan comido.

 Es verdad que hasta ahora este concurso ha sido verdaderamente sencillo, desde mi perspectiva, nadie podía tocarme.

Y por eso mismo no debía bajar la guardia de nuevo, como lo había hecho con Jimin y Suga. Ellos no iban a hacerme nada y tuve suerte. Pero a la próxima podría no ser así.

Así que me puse en acción en la brevedad, al día siguiente de recibir el mensaje a través de Suga, compre unos guantes de tirador especiales con todos mis ahorros, busqué ropa totalmente negra en mi guardarropa y subí al techo de mi edificio, mi nuevo lugar favorito. 

Mis objetivos debían de estar a una distancia prudente de mi locacion, pero lo suficientemente cerca para que mis balas den en el blanco de forma certera y sin fallos. 

Mi primer objetivo diana fue un hombre treintañero, vestido de traje color caqui. Verdaderamente un insulto a la moda actual y a mi integridad visual.  Parecía que había salido de una empresa corrupta donde se explotaba a la clase baja para chuparles el alma. Solo era una corazonada, claro. Así que asesinarlo no sería un infortunio. Al contrario.

Sin más preámbulos, me ajusté los lentes y me puse el cubrebocas negro, cubriendo mis rasgos;

-Bye bye-canturree y tiré del gatillo una vez que el pobre hombre cansado se detuvo a comprar un café en un puesto ambulante frente a mi edificio.

 Es divertido observar como de un momento a otro, las personas están existiendo en total calma, coexistiendo en un espacio donde se sienten seguras y tranquilas, y segundos después, corren como pequeñas hormigas en círculos, alzando la voz histéricamente solo por que sale un gran charco de sangre de un completo desconocido vestido de un horripilante color caqui.

Hilarante.

Me aburrí del monótono espectáculo paranoico de los desafortunados testigos y busqué a mi siguiente objetivo. 

¿Una abuela?, ¿una madre?, ¿un obeso?, o que tal ¿un ciclista?

Todos ellos tenían familia y amigos. Y esa es la inmensa línea entre toda la gente normal y yo.

Que me es indiferente. 

Y a Bunny tampoco le importa.

Que a mi padre tampoco le importaba yo, o mi madre cuando nos zumbaba a golpes, hasta sangrar encima de los mosaicos del asqueroso y frío baño de mi casa. 

Es por eso que les disparé a todos, en una bella secuencia que creaba el molde de una sinfonía magnífica para mis oídos. Las notas perfectas para mi recital del terror; los gritos debajo de mí, y el sol directo en mi rostro, iluminando como a la superestrella que protagoniza en este hermoso escenario.

No me detuve ahí, después de tomar un pequeño descanso al oír los gritos calmarse de a poco, sin que nadie pudiera hacer nada al respecto, volví a poner en posición mi arma y sin duda alguna, cobré vidas de personas que importaban un bledo.



























Ya empezaba el ocaso.  El cielo se teñía de rojo encima de mi espalda. Buscaba a mi último objetivo, algo aburrido por la gran cantidad de personas que pasaban por ahí, todas iguales y sin nada en especial, que no apetecía dispararle a ninguna para irme con mi merecido K.O.

Pero en fin, después de unos minutos, apareció un chico alto y esbelto, con una chaqueta con colores llamativos y zapatos gigantes. No era alguien para ignorar, no solo por su apariencia.

Era la máscara de un caballo azul la que esta persona portaba en medio de la muchedumbre.

Era la máscara de un caballo azul la que esta persona portaba en medio de la muchedumbre

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No me fijé en más detalles de la curiosa persona caballo. Apunte a su cabeza con rapidez.

Pero no lo suficiente. 

Me sobresaltó enterarme, con mis ojos abiertos de par en par, que el asesino en frente de mi me apuntaba de antemano con su rifle. Desde allá abajo, él amenazaba con dispararme en ese momento mismo.

Todo pasó en cámara lenta, justo cuando reaccioné para levantarme y apartarme de la orilla de la azotea, pude sentir una bala por el rabillo de mi ojo , volando errante junto a mi, a milímetros de hacerme daño.

Y detrás de esta, otra bala, rapida y mordaz, rozando mi hombro izquierdo, llegando a rasgar y cortar lo que estuviera a su paso. Automáticamente mi mano cubrió  la herida y me levanté para correr pesadamente, entre jadeos hacia la entrada de los departamentos.

El tiempo volvió a su curso normal cuando cerré la puerta detrás de mí, poniéndome a salvo y totalmente alterado. 

Cerré todas las cortinas y ventanas, coloqué el cerrojo y encendí mi ordenador inmediatamente.

¿Qué significaba esto?

Me había encontrado; un concursante del juego Hunters me había hallado. Y ahora debía matarlo si no quería morir primero.

¿Como había sucedido? Fuí muy cuidadoso todo el tiempo hasta que me encontré con Park Jimin.

¿Él tendría algo que ver?

Sea como sea, llegaría al fondo de esto, y destriria a todo obstaculo que se interponga entre Bunny y yo.



























































Hola, lectores.

Debo disculparme por tardar tanto a pesar de aquellos comentarios que me pedían actualizar. Pero ya estoy de vuelta.

¿Un pequeño spoiler?

En el siguiente capítulo habrá interacción entre Bunny y Vante.

 ¿O debo decir, Taehyung?

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