Sumergida en el pasado

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-------Narra (t/n)-------

(Hace 10 años)

"¡Ah!" - gritó el niño con el que estaba peleando.

Lo habia votado fuera de la arena con una patada.

-Termine maestra.-dije haciendo una reverencia-

- Ve y sigue con tu entrenamiento.-dijo la mijer que tenia en frente

-si, maestra.

Me dirigí con los demas niños a pelear. Mientras que al niño al cual habia vencido era jalado desde el brazo para llevarlo a la sala de cuarentena. En este lugar ponían a los debiles y los encerraban, solo les daban de comer solo una sola vez al día dejando un solo y único plato de comida. Esto hacia que entre ellos mismos se mataran para comer ese único plato, en el mejor de los casos uno sobrevivia y en el peor de los casos todos morian.

¿Que, como lo se?. Pues, yo tambien pase por la sala de cuarentena, y sobrevivi matando a todos mis compañeros en la primera noche.

"Aveces para sobrevivir uno tiene que hacer lo necesario, no importa lo horrendo que sea."

Esta frase siempre a estado en mi cabeza y es la única razón que me mantiene con vida.

Gracias a mi crueldad es que pude matar con facilidad a todos mis compañeros, gracias a ella es que vieron potencial en mi y decidieron entrenarme.

-¡hey! ¡Esquiva esto! - Gritó el niño con el que peleaba mientras me tiraba una patada.

De inmeditamente reaccione tomando su pierna y rompiendosela de un golpe certero

- ¡agh! ¡Me duele!-gritó nuevamente por lo que le hice.

-no deberias de confiarte.-dije mientras lo veia agonizar por el dolor, como si no sontiera compasión.

Luego de esto, me dirigí nuevamente a mi maestra.

-Maestra puedo entrenar con usted.
Todos aquí son debiles.-propuse a esta.

-no tendre piedad.-dijo ella.

- lo se, es por eso que quiero entrenar con usted.-volvi a insistir.

- bien.-ella accedió a mi petición y nos dirigimos a la arena de combate-

Ambos dimos una pequeña reverencia y comenzamos.

- comienza, ¡atacame!-Gritó ella provocando que yo reaccionara.

Corrí hacia ella e intente tirarle un puñete, pero, ella me agarró ambos puños, asi que le tire un cabezazo para que me soltara y me empujo. Ella me tiro unas dagas de las cuales yo esquive 2/3 haciendo una acrobacia y la otra daga la tomé para usarlo como arma. Esta esquivo todos mis intentos de apuñalarla y luego agarro mi brazo y me lo dobló hasta dislocarlo, por suerte no siento dolor ya que durante mi entrenamiento, ella se encargo de quitarme toda la sensibilidad del cuerpo, (asi que, podrian romperme un hueso y no sentiria nada) aproveche que me tenia del brazo para tomar su mano jalar de el y romperselo de un golpe certero al igual que lo hice con aquel niño. Pero de inmediato tomo mi otra mano y me rompio la muñeca, ahora solo tengo las piernas. Corrí hacia ella y salte para tirarle una patada ella las esquivo y me voto al suelo una vez ahí ella me tomo del cuello y me sostuvo de el dejandome en el aire y con falta de oxígeno.

-Aún eres débil- dijo cansada.
Como te dije, ¡no tendre piedad!-acto seguido, sacó detrás de ella una daga para clavarmela y fue en ese momento en que sentí un impulso de energía, vi mi oportunidad para atacar, con mis piernas me aferré a su brazo y con toda mi fieza corporal la jalé hacia adelante, haciendo que esta se callera y dejara caer la daga, aproveche la caida para reacomodar mi brazo para luego tomar rapidamente la daga y apuntarle con ella en la yugular.

Un petirrojo con las alas rotas (Jason y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora