Un petirrojo con las alas rotas (Jason y Tu)

Soy un mal .....

--Narra Dick--

Era medio dia, estábamos en el único restaurante donde podíamos comer con tranquilidad, La Huerta. Aquí servían todo tipo de comida, incluida vegetariana, la favorita de Damián, quien hacia unos años había comenzado a dejar la carne.

Tomamos asiento en la mesa cercana a uno de los murales del establecimiento y pedimos la carta. Nos atendieron amablemente, tomaron nuestros pedidos, y luego de unos minutos comenzamos a degustar de la comida, claro, sin dejar de lado las conversaciones entre nosotros.

Al terminar el almuerzo, pague la cuanta y deje una pequeña propina para el camarero.

Después de comer, aprovechamos la salida para  caminar, hablar y tomar aire fresco. Aunque la verdad quería tomar un respiro de todo el show que se montan estos dos cuando estaban en la misma habitación, se que están a solo centímetros de mi, pero, gracias al bullicio de la ciudad, sus quejas casi ni se oyen.

-Dick, ¿tienes cambio?. - preguntó Damián mirando el camión de helados.

-Vayamos a la librería después de esto, necesito reponer el libro que Titus rompió. - dijo Tim mirando de mala gana a Damian.

-Te dije y te recalque que cerrarlas la puerta de la habitación, Drake. - dijo Damian al oír lo dicho por Tim.

-Y yo creí haberte dicho que en la habitación no deben entrar animales, Damian. - volvió a repetir Tim.

-En ese caso, ¿Como es que puedes entrar tu, Drake?. - miró sarcástico al erudito.

-¡Eres un...!

Antes de que se habalanceara sobre Damian, me puse en medio de Tim antes que armará todo un show al estilo Mortal Kombat en mitad de la acera.

-¡Ya Basta!. - alejaba a Tim mientras Damian solo reía en silencio.

Creo, que al final, no fue buena idea este pequeño paseo...

De la nada, apareció frente a nosotros Bárbara, quien nos miraba extrañada por nuestro comportamiento.

-¿Que creen que están haciendo?. - preguntó.

-Nada, solo cuestiono las reglas de Drake.-contestó Damian relajado.

-Intentó librar al mundo de este experimento de laboratorio. - contestó Tim al unísono.

-Y yo, que no halla otro funeral al que asistir.- separé a a Tim y a Damian a la vez.

-Vaya, ustedes si que se quieren como hermanos...

-¡QUE NO ES MI HERMANO!. - dijeron ambos al unísono señalándose.

-Si, se quieren, se aman como tal. - reí con solo pensarlo.

-¡CALLATE DICK! - lo dijeron al unísono.

Bárbara rió con solo oír lo que dije, y yo también me uní a su risa, mientras que Damian y Tim nos miraban irritados.

-A veces eres insoportable, Dick. - decía Tim alejándose.

-Por estas cosas es que prefiero estar solo. - decía Damian diriendose a aquel camión de helados.