Un nuevo comienzo

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— Pareces felíz, en serio. Siempre quise que esto pasará pero creo firmemente fue lo mejor.

Sehun sonríe. Es fácil hablar, Baekhyun puede notar que él hace su mejor esfuerzo por estar bien, los ánimos son comprensibles. Tiene una meta, ser feliz con o sin alguien más.

Han sido dos meses largos, tratan de evitar el tema y aunque no puede borrar de un golpe sus sentimientos es un comienzo, bastante doloroso y agotador; frustrante y solitario. Afrontarlo es... en retroceso un comienzo de lo que alguna vez fue. Volverás a la normalidad todos lo dicen, pero ¿Cómo es el Sehun normal? ¿Qué parte de él no lo era cuando estaba con Luhan?

— Gracias— sonríe.

— ¿Y adonde iremos hoy?— pregunta Kris, compañero de Suho, tal vez sean algo más tal vez no.

— Podríamos ir a la panadería, ya sabes y ver a ese chico—insinúa nada descarado Baekhyun quién lo codea sonriente.

— Sabes que me encanta el pan tradicional de la Señora Kim, pero es solo el pan. No voy solamente a ver a JongIn—le recuerda.

— Yo nunca dije nada de un tal JongIn. Es más ni siquiera recuerdo su nombre— asegura el mayor.

— Bien, bien. Vamos por JongIn, digo por el pan— dice Suho tomando de la mano a Kris, ayudándolo a pararse.

Al parecer nadie lo nota o no quieren decirlo en voz alta, pero la relación de todos es perfecta. Incluso Baekhyun quien no tenía la esperanza del amor lo encontró en la persona más rara del mundo. Un tipo gigante que solo vivía de música y puede complementarlo con la hermosa voz de Baekhyun. Se conocieron en una cena de amigos, de esas reuniones donde Sehun tenía que librarse unos cuantos días a las semanas porque a Luhan le incomodaban. Chanyeol y Baekhyun son felices, Suho y Kris están comenzando ¿Y él? Bueno, disfrutaba su tranquilidad.

Cuando los cuatro llegan al establecimiento, deciden mandarlo por delante diciendo algo como para que note tu presencia. Al pisar el tapete de Bienvenidos, el miedo lo invade, no quiere equivocarse otra vez. Es demasiado pronto. Claro que JongIn es atractivo, mentiría si no, pero no confía en sí mismo. Pisa con desconfianza y sus pies tambalean.

La familia Kim ofrece a sus compradores unas pequeñas mesas con sillas acogedoras para que los clientes puedan descansar un tiempo y disfrutar el aroma de pan recién horneado, estrategias de mercado ha dicho Baekhyun en las ocasiones anteriores. A Sehun no le importa demasiado, no ahora con la mirada de JongIn sobre él. Pretende hablar con los demás y fingir que no nota esa intensa mirada.

El chico se acerca lentamente al grupo de amigos. Normalmente hablar sin descuido frente a los clientes es algo que no hace muy a menudo, pero sabe reconocer un rostro en cuanto lo ve.

— Hola, me alegra verlos de nuevo— dice amable mientras observa con más detenimiento a Sehun.

Baekhyun sonríe triunfante:— Buena memoria la tuya— contesta, tratando de sonar halagador—. Creo que no nos hemos presentado, mi nombre es Baekhyun, él es Suho, Kris y Sehun—los presenta respectivamente.

— Un gusto, soy JongIn.

— Lo sabemos— se apresura a contestar el mayor—, esta tienda es famosa por nuestra universidad. Nos la han recomendado demasiado incluso nosotros mismos la promocionamos.

— ¿En serio?—JongIn ríe— supongo que merecen un postre gratis entonces.

— ¡JongIn deja de hablar y ven aquí!— le grita su madre desde el otro lado.

— Bueno, creo que debo irme pero espero verlos pronto— se despide con una gran sonrisa moviendo su cuerpo de manera rápida para no ser regañado.

— Yo lo apruebo, ve tras él, Sehun.

— Deja de decir tonterías— dice para callarlo, pero ¿Por qué no? Puede tener más amigos y tal vez con el tiempo...

— Me gusta esa expresión en tu rostro— Suho interrumpe sus pensamientos.

No quiere decir nada, no ahora donde solo es el principio de su nueva vida, sin Luhan.

Los chicos terminan por ordenar pan de diferentes clases y gustos. La tarde pasa rápidamente y cuando es hora de separarse e irse cada quien a su casa un vacío le recuerda cada ocasión donde estaba con él. Es tonto, lo sabe, quiere olvidarlo, ser feliz, pero como puede cambiar de parecer en tan corto tiempo si por muchos años creyó que no podía ser feliz si lo olvidaba. No puede o no quiere. Es complicado, decide no pensarlo, su corazón se calma un momento y camina despacio. Si para ese entonces llega hasta su dormitorio y sigue pensando en él, lo llamará y se rendirá de nuevo, pero cree ser más fuerte que eso. Respira y da el primer paso seguro, tomando aire e inhalando. Todo es cuestión de disciplinar a su tonto corazón.

Para los primeros metros es difícil, pero puede soportar ese dolor, en cada paso se convence, está haciendo lo mejor, para él. Su felicidad y bienestar depende de cuanto pueda soportarlo, hasta que un día ya no sea capaz de sentirlo, extrañarlo ni muchos menos necesitarlo.

Pero... Luhan sigue ahí. Decidido a no irse. Camina junto a él, y le sopla como un viento nocturno su vida juntos, risas, abrazos, besos. Caricias matutinas, desveladas y pasión, amor. Muy a su manera pero amor. Al fin y al cabo lo dijo ¿no?, admitió amarlo, pero tambien expreso su miedo. Si Sehun hubiera sido más considerado, menos grosero y egoísta...

No puede tener a una persona atada a algo que no quiere. Pero Luhan lo admitió, escucho un te amo de sus labios. ¿Y si se estaba equivocando en tratar de olvidarlo? Sacude la cabeza, no, debe ser firme pero el viento sopla de nuevo y no, no puede. Corre en dirección a su apartamento, quiere escuchar su voz, estar de nuevo juntos. Debe hacerlo antes de que se arrepienta. Corre tan deprisa que obviamente no nota cuando una moto se acerca a toda velocidad hacia su costado. Lo golpeara tan fríamente que por lo menos unos cuantos huesos seguro le romperá, y hubiera sido de tal forma si un brazo no lo hubiera jalado tan fuertemente haciéndolo retroceder a una zona segura.

— ¿Tan arduamente quieres cruzar la calle?— su vista es aun borrosa pero puede reconocer su rostro. Es él.

— Si— Tal vez es una señal. El destino lo quiso de tal forma. Sacude la cabeza de nuevo, acomodar sus ideas es importante. Ambos se miran.

— Deberías esperar el rojo.

— ¿Qué?

— Si, el semáforo, si quieres cruzar debes esperar el rojo— dice de nuevo.

— ¿Qué haces por aquí?— pregunta curioso luego de recuperar la cordura.

— Una entrega especial. Una abuela que ya no puede salir de casa. Mi madre me ha pedido llevárselos. ¿Y tus amigos?— De nuevo esa sonrisa discreta.

— Se han ido a casa.

JongIn no lo duda, no ahora.

— Sé que sonará algo estúpido— rasca su cabeza— pero ya sabes, creo que debo hacerlo ahora sino...

— ¿Qué es?

— Debo invitarte ¿sabes? sino lo hago moriré y no de forma literal. Seré asesinado— dice buscando algo dentro de sus bolsillos. Le estira un papel, parece una invitación.

— Es una fiesta, este viernes. No me conoces, pero no soy una mala persona, tengo muchos amigos y ellos...

— Iré, claro— responde sin dudarlo.

— ¿De verdad?

— Pero yo debo decirte...

— ¿Puedo llevar a mis amigos?

— Claro, pero...

Por algún motivo Sehun no puede dejar de sonreír. El semáforo está de nuevo en rojo y camina sin importarle nada despidiéndose a lo lejos. JongIn sonríe, al final del día lo ha hecho bien. Ha conseguido que Sehun vaya a esa fiesta. KyungSoo estará orgulloso de él, y por lo menos su novio podrá dejar de presionarlo acerca del tema.

El amante [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora