OO4 - Hecho mierda.

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Obligatorio leer con Don't Let Me Go en modo repetición hasta que el capítulo termine.

Otra cosa, el capítulo está dedicado a: @Marii_Stylinson, @miry_tommo, @BraveryLarry__, @AndyCockie y @larryHyL <3

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"Estas últimas semanas se les ha visto demasiado cariñosos a la famosa pareja denominada Elounor. Han sido captados en varias salidas, ya sea al parque, a un café e incluso al cine. Los rumores sobre un supuesto compromiso han aumentado. ¿Será que el chico ya está listo para dar el siguiente paso con el amor de su vida".

Omnisciente.

El rizado había estado llorando todo el día desde que leyó ese reportaje en el periódico que le entregaron los managers en la mañana. Lo habían hecho para hacerlo sentir mal, querían verlo sufrir y dañarlo hasta que el chico muriera. Todos sabían lo débil que es Harry, y eso había dado en el clavo.

Un mes antes ambos chicos disfrutaban felizmente su relación, aunque ésta fuera secreta. Tímidamente demostraban sus sentimientos y las caricias no pasaban de tiernas. La verdad, por más ridícula que fuera, es que ambos se conservaban puros. "Prométeme que ambos perderemos la virginidad el día que nos casemos. Júramelo, Lou" había pedido el de rizos tímidamente. "Te lo juro si eso es lo que quieres. Yo haré lo que sea para que tú seas feliz". Y ahora su relación había desaparecido gracias a sus managers.

Louis le había pedido matrimonio a Eleanor tres días atras. Estaban en un parque, toda la banda, y lo habían obligado a hacer algo realmente romántico (y enfermizo para él) para comprometerse a la morena. Todos aparentaban felicidad ese día, pero Harry fue la exepción.

—Felicidades —soltó secamente.

—Gracias —sonrió hipócritamente la castaña y, para colmo, lo abrazó.

Desde ese día Harry no había salido de la habitación que solía compartir con su ex novio. No había comido, no había hecho absolutamente nada en esos tres días.

—Harry, ¿puedes abrir? —se escuchó la tímida voz del mayor desde el otro lado de la puerta.

—Vete al demonio —respondió en un susurro entre su mar de lágrimas.

El de cabello chocolate escuchó como el castaño dejaba salir un gran suspiro y recargaba su cabeza en la tabla de madera que los separaba.

Quería estar a su lado, quería acariciarlo y sentir las caricias del que anteriormente fue su chico, quería gritarle que nunca lo dejara. Pero tenía que ser fuerte. El chico al que amaría toda su vida ahora estaba comprometido y él no podía cambiar eso. 

—Por favor... —rogó.

—No —dijo fríamente el ojiverde a la vez que lanzaba una almohada a la puerta, como si ésta fuera a atravesarla y golpearía a Louis.

—Necesito hablar contigo —trató una vez más de ver al rizado.

—¿Sobre qué? ¿Quieres que te ayude a elegir tu traje para la boda? ¿O que te acompañe a elegir un lugar donde sea la fiesta? —gritó débilmente mientras las lágrimas volvían a salir de sus ojos—. ¿Acaso quieres que sea el padrino en la boda? Déjame decirte que no, ¡nunca haría algo así!

—Harry... —fue interrumpido.

—¡Disfruta el resto de tu estúpida, miserable y asquerosa vida al lado de la persona que realmente amas, Louis! —éste si fue un grito de rabia y se levantó de la cama para abrir la puerta y poder gritarle a la cara.

El ojiazul se sorprendió al ver la cara de su amor. Tenía los ojos hinchados y enrojecidos, unas oscuras manchas debajo de ellos, la piel más pálida, sus labios resecos. Ese no se parecía al Harry que él ama.

—No, no quiero hablarte de eso —susurró ofendido—. Yo...

—¿Recuerdas nuestra promesa? Bueno, te vas a casar con ella, puedes cumplirla con ella. Igual, si algún día llegara a casarme haré lo mismo.

Quizá Harry estaba siendo un poco exagerado, pero le dolía hasta el alma que Louis hubiera aceptado eso, aún cuando prometió ser lo suficientemente fuerte como para esperar y ser felices al final. Había jurado que esperaría hasta que sus managers se cansaran de ocultarlos, en ese mismo momento le gritaría al mundo cuanto lo amaba, y saldrían tomados de la mano por primera vez. Serían felices al fin. Libres, completos, ligeros. Simplemente se sentirían muy bien.

Louis sintió un enorme dolor en todo su pecho en cuanto lo escuchó decir eso. Él hablaba de romper su promesa. Esa promesa que los unía intimamente, esa que fortalecía su lazo de amor. Esa que los hacía el uno para el otro. Y hablaba de romperla.

El dolor cambió por un enojo que poco a poco pasó a tristeza y después volvió al enojo. Si Harry quería eso... bien; eso haría. Rompería la promesa.

—Espero que te arrepientas antes de que algo malo pase —susurró con odio puro y se alejó del rizado.

Hold Me. |Larry Stylinson.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora