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Una sonrisa boba se me formó, mientras miraba la luna.

Recuerde tus mimos cuando yo hacia algún puchero por dulces o porque te alejabas de mi para detener un beso.

Me decías ternura, y me tomabas de los cachetes. Sabias que eso me molestaba pero aun así me encantaba que lo hicieras.

Ahora nadie toca mis mejillas y menos me llaman ternura. Solo tu puedes hacerlo.

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