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Narra Kendra

-No me puedes pedir algo que no suelo mostrar, soy así Daniel, no puedo hacer nada - digo quitándole la mano del pelo y mirándolo fijamente-
-¿Nunca has pensado en dejarte llevar?
-¿De qué te sirve? Siempre acaban haciéndote daño
-Quieres decir que eres así por alguien ¿No? -dice acariciando mi mejilla con su dedo pulgar-

Aparto la mirada de él poniéndome nerviosa, muchísimo, y eso me asusta muchísimo, siento una fuerte sensación en el pecho, una mezcla de felicidad y miedo, no quiero acabar sintiendo algo por él, no puedo, es el novio de mi madre, yo quiero su felicidad, además es muchísimo más mayor, ni loca, no sé porque se me ha pasado eso por la cabeza.

-Daniel déjalo -insisto quitándole su mano de mi mejilla- No digas nada y punto -digo en un tono grosero, y noto como le desconcierta un poco-
-Lo que digas - dice arrancando el coche camino al campamento-

Los minutos que he estado de vuelta al campamento han sido eternos, hemos pasado por un momento muy incómodo, ninguno de los dos se ha atrevido a hablar, y esto me parece muy extraño, lo conozco de hace nada, ¿Porqué reaccionó así con el? ¿Porqué me produce estas cosas en él estomago?

-Oye Daniel -rompo el silencio un poco antes de llegar al campamento-
-Dime -dice mirándome por el espejo y haciendo una mueca sonriente-
-¿Cuantos años tiene? -le pregunto lo más directa posible y mirando hacía un lado debido a la vergüenza-
-¿No crees que eso no se pregunta? -dice mientras aparca el coche-
-Quiero saberlo -digo bajando del coche-
-Veinticuatros -me alza las cejas mientras cierra el coche con llaves - ¿Y tú?
-Diecisiete - le digo mirándolo- ¿No eres un poco joven para mi madre?

La pregunta ha sido un poco directa, estará pensando en que eso a mi no me deberá de importar, pero me entra muchísima curiosidad, se llevan un montón de años, lo veo un poco extraño.

-Para el amor no hay edad - me dice sonriéndome y mirándome sin expresión alguna-
-Oh, ya - sonrio nerviosa-
-¿Te interesa mucho? El tema este digo
-Solo era curiosidad - digo situándome en el porche de la gran casa de madera del campamento esperando a que el pase para abrir-

Y eso hace, se dirige a la puerta para acto seguido abrirla,  ¿Porqué no soy borde con él? ¿Porque contesto agradable? ¿Porque no me sale con el mi lado protector? ¿Porque esta con mi madre?Tengo muchas preguntas en mi cabeza, pero sin ninguna respuesta.

-Hola cariño -le dice a mi madre y se acerca a ella para dejar un suave beso en sus labios-
-Te he echado de menos - dice mi madre sonriendo y acariciando su cara-
-Yo a ti también -dice mientras le acaricia la mejilla-
-¿Planes para hoy? -le pregunta ella mirándolo
-Estar contigo - responde empezando a morderle el labio inferior despacio-

No aguanto esta incómoda situación, ¿no sé dan cuenta que estoy delante? Prefiero irme de aquí lo antes posible, no aguanto esto, y me jode.

-Bueno, estoy cansada mejor voy a mi habitación a dormir un rato - digo yéndome lo más rápido posible a mi querida habitación y cerrando la puerta-

Intento relajarme para dormir, pero mi cabeza solo está en una cosa, Daniel, ese cuerpo musculoso que me cautivo el primer día que lo ví, su mirada fija e intensa, su sonrisa, dios, no hay cosa más bonita ¿Pero que estoy diciendo? Su sonrisa no es bonita, Daniel no es nada para mí, y seguidamente con mis pensamientos en Daniel, caigo en un profundo sueño.

Narra Daniel

Llevo dos horas sentado en el sofá viendo la tele con mi novia, sí, voy a ser sincero, ni me gusta ni me atrae, pero tengo que estar con ella, no tengo elección.

Veo como está en un profundo sueño y aprovecho para levantarme e ir a ver a mi querida niñita, no puedo resistirme a ella y a esos ojos en los que me perdí el día que la ví.
Asomó mi cabeza a su habitación, y para mi grata sorpresa, se encuentra dormida abrazando a la almohada, esta imagen es muy tierna para mí, va de durita, pero se que en el fondo tiene un corazón enorme, se le nota en cuanto quiere sonreír pero su cabeza le dice que no, debido a algo, que no tardaré en averiguar lo tengo claro.
Me acerco a ella y despacio voy pasando mi mano por su suave mejilla, me encanta el tacto de su piel, es algo maravilloso , veo como se estremece un poco, y decido que lo mejor será que me marche antes de que despierte, me levanto intentando hacer el menos ruido posible, y antes de irme me acerco a ella dejándole un pequeño beso en su mejilla y sonriendo en ella, me incorporó para salir, pero escucho esa voz que me tiene tan loco y hace que me pare en seco.

-¿Daniel eres tú? -dice su ronca voz-

NO ME RETES OVIEDO [GMLRS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora