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Narra Kendra

No paro de darle vueltas a la cabeza, me encuentro en la cama, tapada hasta la cabeza, y cómo no, pensando en Daniel, tengo miedo, lo admito, al notar como mi cuerpo reaccionaba ante él, ese cosquilleo de felicidad a los que llaman mariposas, esa sensación de comodidad a su lado, yo no quiero sentir esto.

Decido ir a buscarle, mi madre decía que venía esta noche, pero intuyo que vendrá mañana, me dirigo a su habitación y pego en la puerta dos pequeños toques.

-Pasa nena -dice con su voz ronca al otro lado de la puerta-

Abro la puerta despacio encontrándome a un Daniel con el torso descubierto, el pelo alborotado y tapado hasta la cintura, con su ordenador apoyado en la almohada que acto seguido lo aparta para que vaya con él.

-Si estabas ocupado puedo irme tranquilo -digo haciendo varias muecas-
-No estaba haciendo nada importante -responde mirándome-
-¿Puedo dormir contigo? -pregunto acercándome a él- No puedo dormir.

Destapa un lado de la cama dándome a entender que quiere que vaya con él, y no me lo pienso dos veces, me tumbo a su lado aferrándome a su cuerpo, necesitaba esto, necesitaba al menos un poco de cariño, y con Daniel, lo tengo, quizás sea eso lo que más me atrae hacía él.

-Daniel, dime que tu no me harás daño.
-Tranquila Kendra, conmigo no temas a nada.
-Daniel por favor, no me hagas daño.
-No le puedo a hacer daño a una niña tan buena y bonita como tú.

Y sin dudar un segundo más busco sus labios con mis dedos, y cuando los acaricio llevo la iniciativa posando mis labios sobre los suyos, y convirtiendo este momento único y especial, exactamente lo que él es para mi.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2018 ⏰

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