"Un rico nunca estará triste".
Rodeé los ojos y tiré la revista al otro lado de la habitación, haciendo que chocase contra la pared.
Odiaba ver esa frase o frases similares en todas partes o que los mismos famosos las dijeran, porque tu estatus social nunca define tus emociones. O al menos las mías.
Mucha gente pensaría que cómo puedo tener una vida de mierda. Sí, estoy llena de lujos pero no de amor, de cariño, sino de prestigio y obligación.
Mi padre siempre estaba ocupado con sus negocios y casi nunca lo veía y mi madre vivía a la otra punta de Estado Unidos con su novio, el cual tenía un hijo de más o menos mi edad y no podía permitirme ir a verla siempre.
De echo mi padre tenía intenciones de hacer que me fuera de vacaciones allí durante todo el verano para que "conociera a gente", aunque sabía que en realidad lo que quería es librarse de mí.
Siempre que conocía a una persona intentaba no decirle que era rica porque lo primero que hacían cuando se enteraban era mostrar interés por mi dinero o decirme la típica frase de "¿me compras una mansión, Allie?"
Por eso y por más razones estaba ansiosa por cumplir dieciocho años, para largarme, ser independiente y no tener que esconderme de las cámaras.
Vivía con mi padre y con Loren, su novia, aunque él pasaba la mayoría de tiempo fuera de la ciudad por negocios y esas cosas que hacen los empresarios.
Mi móvil sonó de repente y lo agarré para ver quién me está llamando, aunque ya sabía quién era.
Daniel. Lo sabía.
Colgué la llamada y me estiré sobre mi cama doble suspirando.
Él y yo nos conocimos en uno de los muchos eventos benéficos en los que fui hace casi seis meses, obligada por mi padre.
Daniel era uno de los muchos camareros y desde que nuestras miradas se cruzaron esa noche nos atrajimos mutuamente. Acabamos teniendo sexo en el baño del edificio.
Desde entonces fue siempre lo mismo, nos buscábamos para complacernos mutuamente.
Volvió a sonar mi móvil y decidí descolgarlo a regañadientes.
─¿Qué mierda quieres?
─¿Dónde están tus modales?─ Dijo en torno de burla.
─Oh, le pido de rodillas que me perdone, señor presidente─ Dije sarcásticamente.
─De rodillas me gustaría que me hicieras otra cosa─ Dijo en un tono de pícaro. Volteé los ojos sin decir nada aunque logró sacarme una sonrisa─. Oye, ¿puedes venir a mi casa?
─¿Ahora?
─Sí, necesito... hablar contigo─ Me extrañé porque lo había notado nervioso y nunca se había mostrado así ante mí.
─¿Podemos hablar otro día?
─Sí...vale, está bien─ Colgó de repente sin ni siquiera despedirme.
¿Ahora quién es el que no tiene modales?
Mirando cosas por internet caí en un sueño profundo, hasta que sentí una mano en mi hombro.
─Allie, despierta...
─¿Qué pasa...?─ Digo soñolienta y frotándome los ojos. Miré a la persona que me había despertado con cara de enojada. Odiaba que me despertaran cuando por fin lograba dormir sin tener pesadillas.
─¿Papá?
Un momento...estaba soñando?
Cerré los ojos durante un largo tiempo y los volví a abrir. Seguía estando en el mismo lugar.
─Sí soy yo hija. Quería hablar contigo.
─¿En serio papá? ¿Ahora?─ Dije levantándome de la cama y mirándolo a los ojos con desprecio─ Después de casi dos meses sin ni siquiera llamarme, ¿te atreves a hablarme como si nada?
─No he tenido tiempo para hacerlo.
─Nunca tienes tiempo para mí. Me dejas en esta mansión de tres pisos sola y con alguien que sabes que odio. Solo te sirvo para cuando tienes que ir a algún evento y tienes que hacer parecer como si todo estuviera perfecto.
─Siempre te lo he dado todo, Allie, tú solo has tenido que pedirlo y lo has tenido allí. Te lo he comprado todo.
─Hubo momentos en los que te necesité más que a nadie, ¿y qué fue lo que hiciste? Sumergirte en el alcohol y reemplazar a mamá por una mujer de una noche que ahora vive en nuestra casa.
En ese momento vi la mano de mi padre golpear mi cara.
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¡Hola! Este es el primer capítulo que edito.
Los que estén editados los voy a marcar con una (E). Si estás leyendo el libro y no están todos los capítulos marcados con (E), cuando empieces a leer los capítulos que no estén editados el tiempo va a cambiar, ya que los que llevan (E) están en pasado y los no editados están en presente. También voy a cambiar algunas cosas que no me gustan, por lo tanto si no están todos editados habrán cosas que no tendrán sentido.
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Solo hermanos ¿verdad? ✔ EN EDICIÓN
Teen FictionSe aman. Se quieren. Se desean. Pero hay un pequeño detalle que los separa, son hermanastros. Ella tiene 17 años, una vida desastrosa y varias inseguridades. Él tiene 19, una vida que cualquier adolescente querría y le sobra el orgullo. Son dos pol...