Dear R.
Aún no puedo evitar pensar en tu sonrisa. Aún me permito imaginar tomando tu mano, sigo poniéndome loca cuando me viene una imagen de tu sonrisa a la cabeza, mi piel aún se pone de gallina cuando escucho tu nombre. Aún alucino ante la idea de una caricia tuya.
Aún te amo.
