Capítulo IX

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Nora

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Nora.

10 años atrás.

No recuerdo en que momento llegue hasta este punto.
Pero haré lo que sea con tal de estar con él.

-Lo siento mamá y papá- digo abranzandolos- los voy a extrañar.

Los dejó de abrazar, me levanto y voy a la cocina para traer lo que necesitaré para limpiar todo el desorden.

Primero cargo a mamá y voy hasta su cuarto para acostarla en la cama. Regresó a la sala y hago lo mismo con papá.

Sonrió al ver tal escena:
Papá y mamá agarrados de la mano acostados en su cama. Aunque se vería mejor si ellos no tuviesen heridas profundas en la cabeza.

De hecho, creo que me excedí un poco con papá, tiene el cráneo hundido de la parte de enfrente, incluso si me acerco un poco se puede apreciar como su cerebro también está destrozado...

Y mi querida madre... A ella le tocó lo peor. Pobre de ella la verdad. Su cabeza apenas y se sostiene por un pedazo de carne en su cuello.

Para mi es gracioso, porque si pasó el cuchillo por el pedazo de carne restante: su cabeza lo más probable es que termine en el suelo.

No me consideró una mala persona... Al contrario, yo lucho por lo que quiero. No importa si tengo que hacer sacrificios para lograrlo.

Pero, la recompensa es buena... Él si es bueno, él me entiende como yo a él.
Somos la pareja que Dios unió para estar siempre juntos en la salud y en la enfermedad. Para luchar contra todo ser malo que nos quiera separar. Lo daría todo por él.

Lástima que papá y mamá no lo entendieron ni lo tomaron de la mejor manera. Me hubiese gustado que me apoyarán en los decisiones pero las cosas pasan por algo.

Ellos decían que el es un mal partido para mi, que el es malo. Yo lo negué todo, e incluso se los quería presentar formalmente como lo pareja. Pero como son exagerados los padres se negaron.

Así que les dije que me iba a ir con el, ellos como malos padres que son se negaron. Y me iban a separar de él. Así que rápidamente tome lo primero que se me cruzó en mi camino y resolví el problema.

Ahora ya nadie me puede separar de él, seremos felices los dos. Y si no es así, me encargaré de que lo seamos por las buenas o por las malas.

...

Terminó de limpiar toda la sangre que hay en la sala y cubro los sillones llenos de sangre seca con una cobija para no levantar sospechas.

En unas horas mi pareja vendrá por mi, y le daré la buena noticia de que por fin podemos ser libres sin que nadie nos lo impida.

De sólo pensarlo sonrío como una recién casada. Y yo si planeo una vida junto a él. Quiero tenerlo sólo para mi.

Quiero un matrimonio feliz, sin hijos claro. No los soporto. Además de que no quiero compartir a mi pareja. Los hijos sólo son una distracción. Son pequeños y molestan mucho. Además un hijo con él, significa que es un obstáculo entre nosotros. A el no le gustan los niños y a mi tampoco, creo que eso es una de las tantas cosas que tenemos en común.

Somos tan parecidos. Los dos daríamos todo para estar juntos; aun si eso implica que tengamos que matar a alguien. Es una lastima que mis padres no lo entendieron. Él se hubiese llevado tan bien con mi padre. A mi padre le gustaba la pesca, a mi pareja tambien... Pero de una manera distinta. Digamos que no pesca peces como lo hacía mi padre. El pesca otras cosas mas divertidas. Al principio no lo entendi, pero el me enseño como se hace y sobre todo como lo puedes disfrutar aún mejor sin sentirte mal. El me enseño diferentes mundos; diferentes modos de ver las cosas.

Me enseñó a divertirme sin que cometiera un pecado, claro. Porque al igual que yo, somos religiosos. Aunque los dos no estamos muy de acuerdo con las religiones de ahora, que ya perdieron todo su valor para dios. Entre los dos tenemos un sueño y es crear nuestro propio mundo, donde podemos servir a dios junto con nuestros amigos que se unan a la congregación. Pero es un poco difícil pensar en eso ahora porque como mis padres no entendieron mi relación con él, los dos no tenemos dinero como para iniciar una nueva vida en un mundo distinto. Aunque el dice que por el dinero el lo arreglara. Que sabe de donde sacar cuando ocupa.

Por esas razones lo quiero tanto.

Recuerdo cuando lo conocí en aquella calle cuando yo golpeaba una amiga por decir una mala palabra. No es que sea muy estricta pero mis padres eran casi los dueños de la iglesia en donde vamos a pedir perdón por nuestros pecados, entonces teníamos que tener una buena imagen con los que van a arrepentirse. Y eso estaba haciendo. Le estaba enseñando que no se deben de decir malas palabras en ningún lugar.

Recuerdo que cuando le rompí la nariz a mi amiga, él paso aun lado de mi y me vio. Me sonrió y me pregunto que si quería ayuda. A lo cual yo acepte y él se llevo a mi amiga a unos árboles escondidos. No se si le hizo entender que decir malas palabras estaba mal pero solo salió de los árboles sin ella. Le agradecí el que me ayudara y me volvio a sonreir tomándome de la mano, pero se dio cuenta que la tenía llena de sangre asi que subio mi mano hasta su boca y con su lengua lamió los restos sin dejar de mirarme a los ojos. Desde ese momento no nos hemos separado del uno del otro. 

A veces hacemos justicia por las personas. Por ejemplo un dia un perro hizo sus necesidades enfrente de la iglesia. Entre los dos amarramos al perro y le sacamos todos los órganos posibles e hicimos que se le metiera por su ano. Así el perro no lo volvería a hacer, claro. Aparte porque lo torturamos hasta que murió. Entre los dos enterramos a el perro y no le comentamos a nadie nuestro secreto. 

No me siento mal por lo que hicimos, el perro se lo busco por hacer sus necesidades en un lugar sagrado que pronto sería de nosotros.

Esa vez fue una de las primeras veces en las cuales hicimos nuestros secretos de justicia juntos. Claro que a veces personas jóvenes como nosotros nos veían e iban y esparcieron el rumor. Pero mi pareja no lo permitía. A mi nunca me contó que les hizo pero solo me dijo que no me preocupara porque no los volvería a ver.

...

Vuelvo a revisar la sala, si quedó algún resto de sangre. Acomodo los sillones en su lugar, vuelvo a acomodar las cobijas que tapan los sillones y borró las huellas dactilares mías en las armas que utilice. Si me quiero ir con él no debo de dejar pasar ningún detalle.

Suena el timbre y sonrió. Ya llegó. Voy hasta la puerta y con una gran sonrisa la abro.

-Hola- dice él- ¿para que querías verme Nora?

-Bueno, no quise esperar mas- digo y lo abrazo pero sólo dura un momento porque me separa de el. No le gusta casi el contacto físico

-¿Tus padres ya te dejaron que estes conmigo?- pregunta burlándose. A lo que yo solo lo ignoro y respondo.

-Algo aun mejor- le tomo la mano y lo arrastró hasta el cuarto de mis padres.

Cuando llegamos al cuarto no le quito la mirada de encima para ver cualquier reacción que tenga. Al ver que no dice nada me preocupo. 

Casparreo un poco para que diga algo y el me voltea a ver asombrado. Despues sonrie y se empieza a reír.

-Por fin juntos mi vida- dice. Se acerca a mi y me abraza muy fuerte mientras me da vueltas en el aire.

-Por fin libres...

El Bosque ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora