El matrimonio, la unión de dos almas confirmado por un papel, ya sea por amor u obligación.
En el caso de Jimin y Jungkook era total amor. Se conocieron en la universidad al ambos estudiar en la misma carrera: Arquitectura.
Siendo tan solo unos chicos empezando su carrera universitaria formaron un lazo de amistad por el compartir del día a día, haciendo trabajos juntos, planos, maquetas, presentaciones, así pasaron los primeros tres semestres donde su amistad llegó a un límite. Ese donde el cariño amistoso se empieza a confundir por gusto, donde comienzas a notar más el color de su iris, el brillo de su sonrisa, sus facciones al estar ansioso, la melodía de su risa y el rubor en sus mejillas.
El primero en confundirse fue Jeon Jungkook, ese "chiquillo", como lo llamaba el mayor, inteligente y aplicado, quien no se culpaba por caer por Jimin, su hyung por tan solo un año.
Jungkook era el chico estudioso de la clase, pero socializar no era lo suyo, por lo tanto cuando aquél compañero suyo llamado Jimin se acercó a él por primera vez no dudó en tratar de tratar de enteblar conversación con él, y todo gracias a sus apuntes para diseño, Jungkook siempre le agradecería al destino por hacer llegar tarde a clases al mayor ese día de otoño.
Jungkook podría llegar a ser tímido y serio, pero al lado del mayor era totalmente diferente, el castaño le llenaba de energía, le hacía sonreír con cualquier estupidez y alegrar con cualquier anécdota, y poco a poco todo aquello influyó al atractivo de su amigo, haciéndolo ver diferente que al principio.
En el caso de Jimin era un chico apasionado por lo que estudiaba, también inteligente, la única diferencia es que el castaño tenía amigos por doquier, se caracterizaba por ser una persona amigable y amable, conociendo a muchas personas de la facultad.
Jungkook y Jimin desde el principio se llevaron bien, saludandose de lejos en el comiezo, luego desayunando juntos todos los días, hasta que en un abrir y cerrar de ojos se volvieron inseparables.
Cuando ambos chicos se empezaron a atraer románticamente justo habían decidido rentar un apartamento y ser roomates, ¿Qué mejor que compartir vivienda con un buen amigo? compartiendo el pago del apartamento, la compra del mercado, maratones de películas de acción, y por supuesto muchas charlas de madrugada, hablando trivialidades o cosas más personales. Tenían esa confianza el uno al otro.
A vista de cualquier persona aquellos dos eran pareja porque actuaban como una, y sí lo hacían, inconsistentemente ambos quedaban viendose por mucho tiempo a los ojos junto a una pequeña sonrisa adornando sus labios, eran cariñosos, la mayor parte del tiempo andaban muy juntos al caminar o de por sí se montaban en la espalda del otro juguetonamente, la manera en que se hablaban era evidentemente diferente a como se comunicaban con los demás, llamandose de formas tiernas y con diminutivos.
A los pocos meses Jimin decidió expresarle sus sentimientos al azabache, ya cansado de todo el juego previo de las miraditas y pequeños roces de manos que hacía todo claro. Si hubiera sido por Jungkook quizás nunca hubieran sido novios ya que este no estaba seguro de que el mayor correspondiera sus sentimientos, pero al mayor confesarle su atracción una de sus noches de maratón de películas mientras tenía la cabeza recostada a su hombro el azabache supo que ya no había marcha atrás, que aquella relación sería la mejor de su vida porque tenía a Jimin, y con Jimin su vida era de colores brillantes y llamativos, dejando su vida monótona de lado.
Jungkook y Jimin tenían tan solo veintitrés años cuando se graduaron de arquitectos con honores por ser los mejores en la carrera, ambos teniendo altas notas y promedios excelentes. Pero aparte de la felicidad extrema de ambos por aquél día de su graduación Jimin no estaba nada preparado para lo que Jeon Jungkook haría.
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The Last Time ➳ KookMin •☽•
FanfictionJungkook y Jimin nunca pensaron que el momento de separarse llegaría, de tener que firmar muchos papeles y asistir a distintas terapias de pareja al pasar por su divorcio. Cuando se casaron profundamente enamorados no les pasó por la mente la palab...