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«Un 23 de Julio del 2O1O a las 8:22pm el mundo entero se paralizo al recibir a la mejor BoyBand de todos los tiempos. Su nombre es One Direction»
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Retrocedamos unos… no sé… cuatro años atrás. Exactamente a un Viernes 23 de Julio del 2010, a las 8:00…
Era la hora de elegir a los chicos que cambiarían su vida, el inicio de su carrera. Todos formados en una gran línea frente a los jueces Simón y Nicole.
Uno tras otro, chicos y chicas salían de la línea conforme pronunciaban sus nombres, rumbo a prepararse para la última y gran elección. Muchos chicos y chicas esperanzados por ser uno de ellos. Lamentablemente, la voz de Simón dijo: 'eso es todo chicos, de verdad lo siento'… Todos los ánimos caían al suelo, entre ellos los de Niall, Harry, Liam, Zayn y Louis.
Pero algo había quedado en las mentes de Simón y Nicole. Ellos sentían que allá afuera había chicos y chicas con talento, tal vez no para ser solistas, si no para algo más que eso.
Mientras se despedían, llenos de lágrimas, abrazos y un gran sueño roto, una voz pronuncio sus nombres, junto al de cuatro chicas más. Esa voz dijo que debían volver al escenario.
Confundidos, siguieron a aquel hombre, quien los dejo frente al escenario de donde los habían expulsado. Frente a los jueces que les habían dicho que no.
Pero ocurrió.
Exactamente a las 8:22pm del 23 de Julio del 2010, ocurrió.
—Hola—dijo Nicole, todos saludaron—Muchas gracias por haber regresado. Viendo sus caras,—comenzó a mirarlos detenidamente—puedo saber que esto es muy difícil.—y tenía razón. Mucha razón. —Pensamos mucho tiempo en esto y…—continuo—y pensamos en cada uno de ustedes como individuos, y creemos que son muy talentosos para dejarlos ir.
Sus caras se trasformaron en una ola de confusión.
''¿A qué se refería Nicole con eso?'' reflejaban sus miradas.
Nicole hizo una breve pausa y continúo.
—Creímos que sería una buena idea tener dos grupos distintos.
La confusión que antes inundaba sus rostros, se torno en una leve sonrisa al ver que Simón tomaba el micrófono y proseguía.
—Hemos… hemos decidido que ambos pasarán a la casa de los jueces.
La sala se lleno de gritos y risas de felicidad.
Abrazos y sonrisas, por parte de los jueces, al ver como los seleccionados tomaban la propuesta. Simón calmo a todos cuando siguió para darles indicaciones:
