Cαριτυlo ιν

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El gran sacerdote tenía una gama de emociones que dejaba de primarios enojo, preocupación y tristeza. Llegaba a un punto donde deseaba seguirlos y el orgullo le detenía.

¡Oye! —grito uno de los Reyes.

¿Me hablaba? —pregunto con amabilidad.

No realmente.

Queremos preguntarte algo.

—¿Si?.

¿Siges enojado?.

No — dudo su respuesta.

Para mi que si.

Si, que si, que si y no lo puedes negar —, rieron ambos.

¿Por qué la pregunta, señor?.

Habla con ellos, me dijiste una vez que nunca debes de enojarse con los que amas. Nunca hacen reuniones y las pocas terminan en caos, no es bonito verlos pelear por cualquier cosa.

Si, hablaré con ellos más tarde.

Debería de darle el tiempo a cada uno, ellos se abrirán.

No creo que tengan tiempo.

El gran sacerdote tiene miedo —molesto.

No es miedo, ¿Qué diría?.

En el momento sabrás que decir —, tomaron más seriedad al asunto— bye, si no te vas no llegarás pronto.

Tenemos asuntos que resolver. Será mejor que los resuelva de inmediato.

No, ya vete es una orden.

Si necesitan algo no duden en llamarme.

—Si, lo haremos. ¡Ya vete, se hace tarde!.

De acuerdo, pero...

—¡Que ya!.

El gran sacerdote salió del Palacio de Zen oh sama. Pensó a donde se iría primero, quizás por el orden en que iban los universos, a lo cual el primero fue al el primer universo. Ahí fue recibido por el Dios de la destrucción y kaio-shin con respeto. El Ángel de universo no tardó en aparecer. No demoró mucho en este universo, no habia mucho que decir.

En el segundo universo. La diosa estaba eligiendo un nuevo peinado, pero terminaría con el mismo, haciendo que al gran sacerdote le causará gracia. En el tercer universo, el kaio-shin estaba probando un nuevo artefacto el cual terminaría haciendo un desastre. En el cuarto, el Dios jugaba videojuegos mientras Cognac estaba con una chica quien se fue enojada cuando Daishinkan delató a su hijo. En el sexto, el Dios estaba durmiendo y no encontraba a su hija Vados . Llego al universo siete donde encontró a su hija hablando con algunos mortales en un planeta ajeno al de los kaio-shin o del dios de la destrucción, según los habitantes y sus hijos el nombre del planeta era Tierra.

Whis también se encontraba en el lugar probando algunos platillos, por lo cual el gran sacerdote decidió no molestar, pero sus hijos insistieron en que se quedara, no sólo ellos sino también una mortal llamada Bulma y Goku quién quería que el gran sacerdote lo entrenará, pero el señor Bills hacia lo necesario para no hacerlo enojar.

El siguiente era el octavo universo, pero después de lo sucedido las cosas habían cambiado, lo dejaría  para el final.

Llego al noveno universo, donde su hijo se lamentaba sentado en uno de los escalones del Palacio por tener que soportar aquel Dios el cual se encontraba junto al kaio-shin. La cosa se ponía peor cuando ambos se encontraban juntos. Ninguno de los dioses se dio cuenta de la presencia del gran sacerdote, este e acercó a su hijo.

Ciclo De Vida de un angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora