(Capítulo narrado)
—¡Jenifer! — sentí como alguien daba leves golpes sobre mi rostro.
Me comencé a quejar y a moverme y los golpes pararon.
Me sentía mareada y veía algo borroso, la cabeza me dolía al igual que mis mejillas, estas últimas por los golpes.
Cerré los ojos tratando de tranquilizar el dolor y cuando los abrí miré a mi hermana Nat junto a mí. Se miraba algo preocupada.
— ¿Qué pasó?— pregunté sobando mi mejilla.
Me incorpore en el sofá, al que no tenía ni la mínima idea de cómo había llegado, y me di cuenta que estaba en la sala de mi departamento cuando lo último que recuerdo es haber estado en el patio de éste platicando con Nat.
— Te desmayaste, pinche meca. Me tenías con el Jesús en la boca. — respondió mi hermana negando en repetidas ocasiones y con su mano en el pecho.
Bueno, al menos eso explicaba el hecho de qué no recordara mucho.
Pero fruncí el ceño ¿yo me desmayé?
— ¿En serio, Nat? — pregunté asombrada. Realmente era algo extraño, pues desmayarme es algo inusual en mí.
—No, nomás te estaba cotorreando, mija. Sólo falleciste por una hora, pero junté las esferas del dragón para revivirte. — respondió sarcástica.
Yo sólo rodé los ojos ante su respuesta.
—No entiendo por qué pasó. — dije confundida.
— ¿Estás comiendo bien? Digo, lo de Leo te pudo haber afectado tanto que hasta dejaste de comer. — cuestionó encogiéndose de hombros.
Yo negué. Lo de Leo sí me afectó pero no dejé de hacer cosas por él.
—No es eso. De hecho, ahora como más de lo normal y estoy llena de antojos.
—Bueno, quizás podría ser la falta de sexo a tu cuerpo — volvió a decir Nat y le solté un chingadazo —. Pinche pendeja, yo nomas decía. — se quejó.
Nat comenzó a sobar su cabeza, lugar donde le di el golpe.
—Es que dices puras pendejadas. — respondí.
Mi hermana me comenzó a ver con su cara de cuando echa a andar su cerebro y eso significaba que en algo pensaba.
— ¿Qué chingados piensas, mija?— cuestioné en un tono alto.
—¿Dices que ahora te dan muchos antojos? — preguntó con una sonrisita.
Yo asentí. Porque sí, eso le dije y eso estaba pasando.
—Ahora me dan ganas de comer de todo. — afirmé.
Natalie esbozó una enorme sonrisa y a mí siendo sincera me confundió más.
—Hermanita ¿usaban protección? — cuestionó como si ya supiese todo.
—Yo tomaba pastillas — respondí—, siempre las ingerí...
¡Dios!
— ¿Siempre qué...?— preguntó Nat incitando a que siguiera.
— El día en que fuimos a la playa con las demás chicas no la tomé...
Miré a ver a mi hermana asustada y en cambio ella sonrió victoriosa.
—Si no las tomas un día eso ya no sirve, PENDEJA. — me dijo sobresaltando la última palabra.
Le di una mala mirada.
—¿Tú crees que...? — mi voz sonó temblorosa.
— ¿QUÉ VOY A SER LA TÍA MÁS GUAPA? ¡SÍ, OBVIAMENTE! — no pude terminar la pregunta cuando la idiota de Nat ya estaba gritando y saltando.
Yo comencé a negar. Yo no puedo estar embarazada.
—No, aún no es seguro nada.— comencé a repetirme varias veces tratando de convencerme de que no lo estaba.
—No porque lo digas ciento de veces vas a matar a la bendición. — dijo Nat obvia.
—Yo no puedo tener un hijo. — le dije seria.
—Sí puedes, sólo es cuestión de pujar mucho.
Jodida Natalie. Lucía tan despreocupada diciendo sus típicas pendejadas y con su sonrisa que no sé de dónde pero mostraba felicidad y emoción.
—Sabes a lo que me refiero. — dije rodando los ojos.
—Bueno, si quieres sacarte de dudas, iré a la farmacia por una prueba de embarazo.
Yo asentí.
Ella salió de la sala y se fue.
...
Nat volvió y traía varias cosas. La miré extrañada.
— ¿Qué tanto traes ahí?— cuestioné señalando la bolsa que se miraba algo bultosa.
— Te compré 5 pruebas. Ya ves lo que dicen, que una no siempre es segura. — respondió poniendo la bolsa en la mesita central de la sala.
La miré con incredulidad.
—¿No crees que con 2 serían suficientes?
—Sí, pero para que no quede ni la menor duda. — respondió con la mayor tranquilidad.
Di un suspiro y tome la bolsa con las pruebas y me dirigí al baño.
Sólo me hice 2 pruebas, realmente no creí que las 5 fueran necesarias.
—Cuestión de esperar.— dije llegando a la sala.
—¿Por qué no te las hiciste todas?— preguntó Nat al ver que traía 3 pruebas sin abrir.
—Porque realmente no era necesario. — respondí obvia.
—Una que anda gastando su dinero en ti y ni lo tomas en cuenta. — se quejó.
Me dio una mala y yo reí.
Pasó el tiempo de espera y yo fui al baño por las pruebas, Nat fue detrás de mí.
— ¿Una y una?— preguntó mi hermana.
Yo asentí.
Llegamos, Nat tomó la primera y yo la segunda.
Me mordí el labio con miedo y miré la prueba.
Positiva.
—No puede ser... — susurré.
Nat me quito la prueba que tenía entre manos.
—Bueno hermanita, seré la tía más guapa porque ésta también dio positivo. — dijo mostrándome la segunda prueba, que ciertamente daba positivo.
Nat saltaba de la emoción y gritaba que será la tía más guapa mientras yo comencé a lamentarme porque tendré un hijo de un hombre casado.
¡Mejor ya llévame diosito!
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Instagram «Leo Messi»
FanfictionTú nunca prometiste nada, en cambio yo lo esperaba todo.