Capítulo: 009

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- ¡TÚ!

Kyungsoo cerró los ojos y respiró profundo, resignado, porque sabía que aquella voz aguda que conocía muy bien sólo podía estar dirigiéndose a él. Y también sabía que tendría que contarle algo sí o sí, incluso si inventaba sobre la marcha, porque Jongdae no lo dejaría en paz hasta no tener todos los detalles debido a que era demasiado persistente. De modo que no tuvo más remedio que detenerse justo donde estaba, a unos pocos pasos de la puerta del aula de clase, y esperar pacientemente a que el pelirosa lo alcanzara. A los pocos segundos Jongdae ya se encontraba frente a él y su saludo consistió en sonreír sugestivamente, darle un codazo, guiñarle un ojo y finalmente formar un círculo con el índice y el pulgar de una mano para atravesarlo con el índice de la otra mientras hacía una mueca que a Kyungsoo le resultó en extremo desagradable.


- Eres asqueroso -se quejó- ¿Cómo es que somos amigos?

- Sí, sí, encantador -balbuceó Jongdae sin siquiera prestarle atención- Cuéntame todo, anda.

- ¡Qué chismoso que eres! -volvió a quejarse- ¿Qué quieres que te cuente?

- ¡Todo! -exclamó el mayor, abarcando el aire alrededor con los brazos- ¡Lo viste, te fuiste con él! ¡Tu cuñado! ¡Claro que es prohibido si se acuesta con tu hermana!

- Habla con más respeto de ella, mocoso horrible -reclamó, fulminándolo con la mirada- Sólo me llevó a su casa porque estaba muy ebrio...

- Pero le dijiste que él era... ya sabes... él -pronunció Jongdae en tono confidencial- Y aún así te llevó a casa... ¿No hicieron nada?

- Claro que no -se apresuró a decir, y rezó para que Jongdae ignorara que su voz se agudizó como cada vez que mentía muy descaradamente- Es mi cuñado y somos buenos amigos, no puedo hacer nada.

- ¿Hablas en serio? -cuestionó el pelirosa, aún poco convencido- ¿No hicieron nada de nada?

Más bien todo de todo.

- Estaba muy borracho, Jongdae, no podría haberlo hecho ni de querer hacerlo.


Que le cayera un rayo encima por mentiroso en ese mismo instante. No le gustaba tener que engañar a lo más parecido que tenía a un mejor amigo, quería mucho a Jongdae y mentirle no se sentía bien, especialmente porque siempre había sido honesto con todo el mundo... hasta que SeukHye llevó a JongIn a casa. No tenía otra opción más que mentir, porque contarle a cualquier persona lo que realmente había pasado -y seguía pasando- entre él y JongIn estaba fuera de discusión; no quería que nadie supiera sobre eso, era demasiado malo y Kyungsoo sabía que si llegaba a decir en voz alta que estaba teniendo una especie de relación de amantes con su cuñado, no podría soportar la culpa y la vergüenza y tiraría todo por la borda. Y no quería perder lo que sea que tuviera con JongIn, no tan pronto, no cuando se sentía tan bien. Si ya le había mentido en la cara a su hermana, la persona que más quería en el mundo, mentirle a Kim Jongdae ya no le parecía tan grave de todos modos. Por eso se relajó y logró repetir la misma historia sobre cómo se encontró con el mayor y este logró que no pasara nada malo esa noche de borrachera, lo que suponía JongIn le contó a su hermana cuando lo llevó a casa el domingo, sin agudizar la voz ni un poco y poniendo especial énfasis en que apenas recordaba algo para librarse de preguntas que no quería ni podía responder.

- O sea que fuiste a casa de tu amor platónico a dormir -concluyó Jongdae, a lo que asintió encogiéndose de hombros- Lástima... creía que habrías tenido una noche un poco más emocionante.

- Uh, sí, sí... yo también...

- Tienes mala suerte, ¿eh? -comentó Jongdae palmeando su hombro- Bueno, tengo que irme a clase. Te veo luego y más suerte la próxima.



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