Mi familia.

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Estoy en la última planta del un edificio en el centro de la ciudad, estoy junto con mis amigos de consumo, vengo aquí con ellos cada vez que quiero una dosis, cada vez que quiero olvidarme de todo, últimamente el deseo de consumir se ha vuelto más constante. Pensar que hace 1 año todo era diferente, ni siquiera me iba a imaginar que iba a hacer hasta lo imposible por una dosis más. 

Hace 1 año amanecía era verano, la mañana era cálida y hermosa, bajaba a desayunar mis hijos junto con mi esposa estaban desayunando. Son tan hermosos, una familia feliz en toda la extensión de la palabra. 

-Buenos días- los salude con gran alegría, ese día me sentía enfermo así que no iría a trabajar. 

-¡Hola papá!- me saludaron Alejandro y Adriana, mis amados hijos. 

-Hola chicos ¿listos para ir a clases?-dije alegremente.

-¡Sii!-me respondieron, ambos tenían 11 años. 

Me acerque a mi esposa, que todavía estaba friendo unos huevos para mi, la abrace por atrás y le depositó un tierno beso en la mejilla, estaba maquillada, pero eso no me importaba. 

-Hola mi amor-dije sonriendo. 

-Hola mi vida ¿como estas, ya pasó la fiebre?-dijo preocupada la noche pasada había estado enfermo, ella me cuido hasta que me dormí. 

-Jajaja si cariño sabes que soy un hombre de acero.-dije mientras mostraba mis "musculosos" brazos. 

-Jajjajaja eso no decías ayer, cuando llamabas a tu mama mientras delirabas.-jajaja ella siempre me recordaba mis tonterías para que no se me suban los humos a la cabeza. 

-Naa esas son pequeñas excepciones- la volví a besar. 

-Jjajaja ya basta Dasaev me vas a arruinar el maquillaje-dijo tratando de fingir enojo,  lo  jajaja estoy seguro de que en realidad deseaba seguir sintiendo el tacto de mis labios. 

-Está bien Sofía...-dije tratando de sonar cortante, pero luego no pude evitar soltar una pequeña risita.- ¿Vas a ir a dejar a los niños al cole? 

-Claro, a menos que tu puedas irlos a dejar ¿Puedes?-por un lado no me sentía muy bien y por el otro quería darme un descanso. 

-Aaaa creo que hoy son todos tuyos, mi vida-dije con un guiño. 

-¡Eres un perezoso!-dijo fingiendo indignación. 

-¿Pero?-pregunté, como siempre lo hago cada vez que se enoja un poco conmigo. 

-Pero te amo, estupido-dijo para después terminar con una sonrisa. 

-¡Estúpido Alejandro!-exclamó  Adriana. 

-¡Adriana, no digas eso!-la regaño Sofia. 

-Lo siento-dijo Adriana arrepentida. Yo me reía por dentro de la interacción de Sofia con nuestra hija. 

-Eres un mal ejemplo-le dije a Sofía al oído, ella me respondió con un  ligero golpe en el pecho. 

-Deberías callarte super papá-dijo, con ese tono que me dice ¡Alerta, Dasaev deja de tontear o te van a matar! 

-Jajaja lo que usted diga, mi señora.-dije para calmarla.

Me senté a desayunar con mis hijos, los quería tanto eran la luz de mi vida, jugué con ellos un poco y les hice un par de bromas, hasta que su mamá les dijo que se movieran, sino llegarian tarde y su maestra, la señorita "todos temprano" los castigaría. Los chicos se zamparon su desayuno como pudieron, luego se fueron a lavar la boca muy apurados para después coger sus maletas. 

Desesperación, muerte y dolor.Where stories live. Discover now