.3

1.5K 227 89
                                        

Doyoung tuvo que sentarse en el sillón cerca del anciano, su vista se nubló y por un momento creyó que iba a desmayarse, por suerte eso no sucedió.

Seguía lloviendo y el perro seguía aullando pero nada de eso importó, sólo podía oír al abuelo sollozar con tristeza mientras miraba la fotografía. Doyoung no entendía bien o mejor dicho; no quería entender pero como algo constante, el miedo estaba ahí al igual que su derecho por saber la verdad.

trago saliva y miro alrededor, la sala iluminada por la tenue luz de una pequeña lampara—¿por qué viniste?—preguntó el anciano—te ves como un joven de bien, tienes buenas ropas y tu postura es recta ¿qué te falta que viniste?

—no se trata de que me falte algo—susurró mirando al señor Song, demasiado joven, todos se veían demasiados jóvenes ahora.—solo quería ver a la persona que me tuvo en su vientre.. preguntarle por qué no pudo tenerme a su lado, cuando me lo diga me iré.

Doyoung tú no puedes conocer a Yura—dijo sin más el anciano limpiando restos de lagrimas, le paso la fotografía mirándolo a los ojos y Doyoung la sostuvo entre sus manos con cuidado—Yura tenia solo trece años cuando la violaron.—la piel se le congeló al oír las palabras, sus manos temblaron mientras sujetaba el marco y veía a la niña sonriendo

quizás no había sido una buena idea, él sabía en el fondo que cabía la posibilidad de que conocer a fondo podría significar no encontrar algo bueno, lo sabía 

pero ser hijo de un violador.. "que asco.."

el señor Song se quedo en silencio por un rato más mientras que Doyoung abrazaba sus propias piernas, la fotografía había quedado sobre la pequeña mesa ratonera, la lluvia seguía cayendo y el perro salchicha cuyo nombre desconocía se había quedado dormido a los pies de su amo. 

Doyoung tenia ganas de llorar pero pestañeo repetidas veces para no hacerlo, no se sentía con el derecho de llorar, tenia más ganas de arrodillarse y pedirle miles de disculpas al anciano, era la primera vez en su vida que sentía vergüenza ajena, que se sentía humillado.

Doyoung no es tu culpa—dijo luego de tres horas de silencio, afuera ya había amanecido y había pasado otra noche en la que Doyoung no durmió bien. ¿cuánto valor debe haber juntado el anciano para decir esas palabras? luego de hace algunas largas horas haberle dicho que se fuera sin titubear. 

—¿esta preso? podemos meterlo preso—se apresuro a decir casi tropezando con sus palabras, el anciano lo miro con lastima, debía verse como un desastre, sus ojos hinchados por no dormir, cristalizados, llenos de culpa y tristeza 

¿hay peor sentimiento que la lastima? que te miren con lastima te recordará que no pudiste ser suficiente para algo, que no fuiste capaz para algo, que eras demasiado débil, que estabas en el lugar equivocado quizás.

—esta muerto, tu abuelo se encargó de eso—murmuró agotado, dando un suspiro, se quedo en silencio, tal vez intentando recordar algún detalle—las cosas son así a veces, no había manera de que pudieras ser feliz en una familia que no podía esperarte con los brazos abiertos, ellos ni siquiera pudieron seguir adelante aquí, tuvieron que irse. Yura esta grande ahora pero ella no.. no va a recordarlo, no puede hacerlo, no le hace bien. 

Doyoung asintió y fue doloroso, acceder a que comprendes, que tu cerebro lo entienda pero que haya algo más que no quiera aceptarlo—¿ella esta bien ahora?

—lo esta, no la he visto desde que Hae falleció pero sé que esta casada con un buen hombre, envía cartas a menudo pero escribe cosas que no entiendo.—el anciano rió recordando algo y Doyoung sintió un nudo en su corazón, algo que apretaba con fuerza

Teddy bear rises. JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora