Play me like a love song ❜ ┊ chensung _ jile

8 ; Don't wanna let you go

Era la primera vez tanto de Jisung como de Chenle que se habían quedado la noche en vela, hablando por KakaoTalk. Estuvieron hablando minutos después que Chenle se fuera de su casa, incluso durante la cena –ambos siendo regañados por usar el móvil durante esta–, y ya luego todo lo que hablaron fue en la cama. Al inicio, no se atrevieron a comentar nada de los besos, ni de sus sentimientos. Hablaron de mil cosas porque nada detendría sus conversaciones incesables, sobretodo de su grupo NCT que ese día habían subido muchas selcas, de sus preciados Win Win y Doyoung que justamente se habían hecho una juntos.

Tan solo ser la una de la mañana ambos ya estaban bastante adormilados, pero si uno decía "deberías ir a descansar", el otro respondía con un "pero quiero seguir hablar contigo" que siempre iba precedido por un "yo también". Siguieron así hasta que se hicieron las cinco y media, todos los mensajes estaban llenos de dislexia y durante un momento Jisung se quedó dormido, despertando a los pocos minutos porque Chenle le petó a mensajes reprochándole que lo había abandonado, pero luego se sintió mal al haberlo despertado porque claramente lo había dicho de broma.

Cuando se hicieron las seis ambos estuvieron de acuerdo que ya dormir no serviría de mucho, así que siguieron hablando hasta que se hicieron las siete. Realmente, se arrepintieron de todo nada más levantarse de la cama para bajar e ir a desayunar. A uno se le cayó el bol de cereales, y el otro derramó la leche en la mesa, cada uno en sus respectivas casas. Además, las prisas que tenían por verse eran demasiado grandes, cosa que hizo que Jisung, en vez de ser llevado por su madre –la que trabajaba cerca del instituto y podía llevarlo cada día–, dijo de ir andando para poder ir con su mejor amigo.

Al verse en la calle al principio se quedaron mudos, con pequeñas sonrisas y miradas cohibidas. La conversación se inició gracias a que Chenle le preguntó qué tal había dormido, haciendo romper a ambos a reír y así iniciar una charla algo torpe a causa de la escasez de descanso que tuvieron esa noche. De vez en cuando, ambos se enganchaban un poco, rozando a propósito sus manos que a ratos tomaban o se daban tímidas caricias con sus dedos cuando se quedaban solos por las calles. Finalmente y contra de su voluntad, llegaron al instituto teniendo que separarse e ir cada uno a sus respectivas clases.

Sufrieron en ellas. Se quedaban medio dormidos y apenas estuvieron atentos a las explicaciones. Si no estaban echando cabezadas, no atendían porque se tenían en su cabeza, pensando en la tarde anterior que deseaban volver a repetir. Lo único que querían es volver a estar juntos.

En la tercera clase antes del recreo, ambos estaban más que despiertos y muy exaltados para salir de una vez. Además de eso, tenían mucha hambre, una reacción fisiológica al no haber descansado lo suficiente. Esa hora pasó muy lenta pero, sabían que en algún momento el timbre sonaría. Tan solo escuchar ese angelical ruido ambos se apresuraron a encontrarse con su mejor amigo.

Se sentaron en su rincón de siempre, y aquella vez no fue Jisung quien se apoyó en el regazo de Chenle, sino al revés. Jisung había podido dormir un poco más que él durante las clases al tener una profesora que ignoraba si alguno se quedara dormido, pero los profesores de Chenle eran más exigentes y no pudo cabecear ni siquiera un poco.

—Tengo mucho sueño... —murmuró quejumbroso el castaño, comiéndose lentamente el bocata mientras luchaba en no quedarse dormido encima de Jisung. Él también comía con pereza, sus ojos se le cerraban pero podía aguantar despierto. Chenle todo el rato cabeceaba y gruñó dejando de comer, abrazándose de su brazo y apoyando su cabeza en su hombro—. Quiero dormir...

—Estírate y duerme, hyung. Pero prométeme que te comerás el bocata después —el mayor asintió y rápidamente, con torpeza, apoyó su cabeza en la pierna de Jisung, quedándose dormido en menos de un minuto. El rubio sonrió con adorabilidad, aprovechando para acariciar sus cabellos lentamente. Y lo miró, lo miró durante un largo rato, sin cansarse. Chenle era perfecto, hermoso, y el mejor amigo que podía haber tenido—. Me gustas mucho, Chenle hyung.