Parte 4

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Aquí empieza la ricura muajaja. Es muy wtf? XD lo siento. (Hay que defender el titulo de los Akatsuka awards (?))

"¿Cómo termine así? Como la puta, perdón amante de Leviatán ¿preguntas? Es una historia algo larga, así que solo mencionare como llegue a ellos y porque tengo estas marcas en mi cuerpo. No es una historia muy agradable... pero... al final de cuentas... es mi historia."

Era de noche, las 2:30 am cuando su padre volvió a golpearlo y dejarlo en la fría nieve que cubría a Japón en esos momentos. Solo con una camisa delgada. Osomatsu temblaba de frio mientras su padre volvía a pegarle, tenía sangre escurriendo de su rostro.

-eres un inútil, dormirás afuera-

Ya había visto de todo. Su madre lo abandono por un hombre más rico y ambos ya tenían un hijo de su misma edad, un chico con suerte. A pesar de eso no le odiaba, al contrario. Su padre no permitió que ella se llevara a Osomatsu, condenándolo a una vida de miseria, dolor y caos para hacer sufrir a su madre. Osomatsu era brutalmente golpeado y violado por su padre, el terrible ladrón Tougo. Osomatsu, aun así, soñaba con ser un policía para ayudar a todos aquellos niños que sufrían el mismo trato que el sufría con su padre. Tenía ya 20 años, pero su padre lo obligaba a robar igual que él y ese sueño de proteger personas, cada vez se volvía más lejano.

Era muy gracioso como su cabello era de un color rubio con raíces oscuras, su padre lo obligo a pintarse el cabello ya que, desde chico su madre lo había estado buscando, aunque Osomatsu no estaba consciente de esto. Y Tougo, a pesar de tener a Osomatsu como carga, le causaba un placer increíble ver llorar a su ex esposa y ver esos carteles de "se busca".

Esa noche donde se resguardo en algunas cajas, usando parte de estas para hacer una cobija que le protegiera del frio, logro ver entonces un extraño felino de color negro que maullaba a su lado.

-¿Qué? ¿Un gatito?- trato de tocarlo, y fue cuando noto que este felino no tenía ojos.- ¿Qué clase de gato eres?- grito asustado. El felino no respondió, solo se limitó a mover la cola. Osomatsu trato de tocarlo de nuevo y el gato salió huyendo.

-oye regresa- grito mientras trataba de seguirle el paso, pero hacia bastante frio que sus pasos se hacían lentos. El felino se detuvo en lo que parecían unas viejas escaleras. El gato subió y bajo las escaleras. -¿quieres que haga eso? Espera, conozco esto... lo vi en la televisión cuando Tougo se quedó dormido. Es el juego camino al infierno ¿no?- el gato parecía asentir. -¿quieres que juegue eso?- por el reloj que se podía ver a lo lejos, se percató de dos cosas, una que eran las 3:00 am y la segunda, que había seguido a ese gato hasta la iglesia que fue incendiada. Recordaba esa leyenda, unos sacerdotes de la iglesia católica habían llegado a Japón a trabajar en ese barrio pobre, sin embargo, el rechazo de parte de la comunidad y el vandalismo, además claro de la terrible pero deliciosa manía de vestir a sus vírgenes de oro, despertó el intento de aquellos hombres que Vivian en pecado, causando robos y quemando a los sacerdotes vivos junto a la iglesia. Solo quedaban entonces las escaleras que conducían a la fachada que ya no existía, el hecho de estar cerca del bosque de los suicidios y las leyendas de las escaleras en medio de los bosques tampoco ayudaban nada. La leyenda del juego de las escaleras era peor aún entonces, ese reto viral que hablaba de subir y bajar 13 veces las escaleras a las 3:00am y al bajar la treceava vez, sentirías el infierno. -Bueno, si termino muriendo... no creo que sea un problema-

El chico entonces, quizá por nada que perder o un método desesperado de acabar con su vida ya sea por miedo o hipotermia, acepto el juego. Subió la primera vez y un aire helado le recubría y pasaba por todo su cuerpo, bajo, repitió esto sin éxito hasta llegar a las 12 veces. Debido a su cansancio y frio le era difícil seguir así que se detuvo un momento, por lo que podía ver a lo lejos, el reloj ya marcaban las 3:32 am. - bueno, solo una vez más.- se repitió y cerro sus ojos, subió y bajo, esta vez a las 3:33am, causando que al tocar el último escalón, esta vez sintiera que estaba bajando cada vez más. Siguió bajando entonces hasta tropezar y caer en una tierra que ardía. Se levantó abriendo los ojos y logro ver que estaba a los pies de una figura humana de color negro, con ropa lujosa, alas enormes, sonrisa puntiaguda y esos punzantes ojos brillantes de color rojo.

Catch you. Honey.Where stories live. Discover now