Tus Ojos Son Las Ventanas De Tu Alma

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Narra escritora:

La noche tranquila arrullaba mientras que en la casa de los Fujimoto tres jóvenes con diferentes expreción se encontraban en ella.
Haruo estaba shockeado y llorando en silencio por todo lo que contó su hermana.
Killua estaba con la cabeza baja con su rostro expresando tristeza por lo que dijo Sheila, a quien le consideraba su mejor amiga.
Y Sheila quien tenía su rostro neutro mirando su único flautín por ser su favorito.

Sheila: después de eso... todos empezaron a expecular de que yo fui quién la asesine hasta que tiempo después, dijeron que era la responsable de la muerte de  Fujimoto Hinata...y me prohibieron llamará "mamá"... cuando me enteré de eso...me entristeci...y mucho...tu y Fudo-san...decían una y otra vez que no merecía vivir...y que me odiaban desde el fondo de sus almas... pero...a pesar de que me lastimaban...tanto física como mentalmente...me quedaba... porque...su ojos demostraban dolor, tristeza y descepcion...ya que..los ojos son las ventanas del alma...
Haruo: …¿porque...ni nos lo dijiste?…-cabizabajo-
Sheila: lo hice... pero ninguno de los dos me escuchaban porque me odiaban hasta que deje de insistir porque la última vez, Fudo-san y Haruo-kun me golpearon para que me callara y de pasó muriera.

Haruo se encontraba estático, había recordado las veces que ella le intentaba hablar y él la golpeaba y torturaba sin piedad alguna.
El agachó la cabeza por estar descepcionado de su padre y de él mismo para luego levantarse y decir ""iré  a dormir" e ir a planta de arriba, entrar a su habitación para terminar cerrando la puerta de una.

Killua se encontraba estático, no sabía que decir o pensar. A Sheila le había ocurrido cosas que ni el desearía todo eso a su enemigo.
Pero despertó de ese trance al sentir algo húmedo pasar por su mejilla izquierda y sobresaltarse.
Killua miró de reojo y vio a la causante de su susto, Sheila, quien le lamió la mejilla y segundos después el albino captó lo que dijo para luego sonrojarse a nivel Dios.

Killua: ¿Q-qu-que ha-ces?!?!…
Sheila: ahora estamos a mano…¿no?

En ese momento, recordó lo sucedido en Navidad, cuando la chica estaba empapada de crema de chocolate y el para ni desperdiciar el dulce lo comió lamiendo el cuerpo de la misma.
Ese recuerdo, lo volvió a sonrojar y desvió la mirada a un lado.

Killua: …muy astuta…-murmuro pero la chica lo oyó y le sonrió-

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