La luz que emanaba de la piedra se hizo cada vez más densa, cuando empezó este fenómeno sólo podía ser descrito como un suave rayo de luz. Aunque era acompañado por humo siniestro, humo que con el pasar del momento se convirtió en una gran columna oscura, pero poco a poco esta columna de humo era engullida por la ahora ominosa luz.
– ¡¿Qué está pasando?! ¡Juro que esto no es cosa mía!
El compinche de Bernard que poseía la piedra mágica gritaba asustado. Era extraño que una piedra mágica actuará por su propia cuenta sin verter magia en este objeto, pero en este momento él no lo hacía. El tipo sin saber que hacer soltó la piedra, todo lo hizo con una mezcla de miedo y confusión.
La piedra, al momento de caer empezó a rodar, pero su movimiento era extraño. Podría creerse que estaba viva, con cada segundo su velocidad aumentaba, pero al momento de llegar cerca a mis pies se paró, era claro que no tenía la intención de tocarla.
(Obvio, si parece que el diablo lo poseyó quien carajos agarraría esa piedra)
No había duda, ella poseía su propia voluntad. En mis pies la piedra emanaba humo, toda la mansión estaba cubierta de un fino humo oscuro, incluso la vista se podría considerar hermosa pero, para los aristócratas esto no era tan sencillo, este mismo humo los estaba haciendo toser sin descanso.
Empezaba a tiritar y volver a tiritar, casi como si alguien jugara encendiendo y apagando un interruptor. Mi corazón tenía un ritmo acelerado, sin darnos cuenta la piedra ya había dejado de palpitar. El pulso de luz se había detenido, y el humo de la habitación ya se estaba despejando, nos acercamos mientras entrecerramos los ojos.
Pero su luz se intensificó, tanto que no me extrañaría quedar completamente ciego. Al sentir que la potente luz ya había desaparecido poco a poco empecé a abrir los ojos.
Flotando en el aire se encontraba una vieja conocida, la cual me estaba observando mientras sonreía juguetona. Ella vestía su característico traje negro con decorados de plata…
Su rostro era la de una chica humana, en lo profundo de sus ojos se deslumbraba locura, obviamente ella se encontraba feliz. Si uno no prestaba atención a sus ojos la confundiría con una sonrisa inocente. Hace mucho tiempo que no experimentaba el aura de su presencia, la misma aura que es capaz de otorgarme más fuerza.
Aquella la que no debería estar aquí, aquella que había aparecido en mis momentos más desgraciados, aquella la cual teníamos un pacto, su nombre es…
– … Falena.
Como olvidar el nombre de esta chica si en mi anterior vida no había día en donde no decía su nombre. Hasta este momento su suave sonrisa cambió lentamente, ahora se encontraba eufórica. Brillaba como un girasol, con la misma actitud volteó a mirar a los aristócratas. Su movimiento fue casi instantáneo, ella se movía en el aire y ahora está frente a los chicos.
Incluso yo, que estaba alejado de ellos, no pude ver el momento en que se movió, aquel movimiento tan espantoso no cambió desde el primer momento en que la conocí. Delante de los aristócratas, Falena dijo:
– Oh, hola, encantada de conocerlos.
En ese momento ellos no estaban asustados tan solo aturdidos, era lo natural después de todo no entienden en el problema en que se han metido. Pero yo que la conocía, sabía cuál era el significado de esta acción. Siendo sincero no sé cuál sea la verdadera naturaleza de Falena, pero es obvio que ella es peligrosa.
El primero en reaccionar fue Bernard, sin saber por qué empezó a tener escalofríos y recitó un hechizo. A primera vista podría parecer como que estuviera queriendo abusar de una pequeña niña, pero este no era el caso, aunque era un principiante no estimo en el poder del hechizo.
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Hiraheishi Wa Kako Wo Yumemiru (volumen 2)
FantasySegundo volumen de hiraheishi wa kako wo yumemiru.