Capítulo 59

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CAYLEE.

Desperté con unos delgados brazos rodeando mi cintura y una de mis manos entrelazada con los dedos de la suya.

Mierda, claro que lo había extrañado.

El llanto de Eve me despertó por completo, antes de que siquiera me sentara en el borde de la cama Chandler se levantó.

- Yo voy- Sonreí.

- ¿Ya estabas despierto?

- Sí, como desde hace dos minutos.

- Oh vaya tan madrugador como recordaba- Regreso a la cama con Eve entre sus brazos y jugando con uno de sus dedos para meterselo en la boca- No se te ocurra meterle el dedo en la boca, tus manos están sucias.

- ¿Y tu pezón no?

- Mi pezón no toca cualquier cosa, ni me rasco las bolas cada cinco minutos con él.

- Tu sabes que yo no hago eso- Me paso a Eve ahora más tranquila, quite mi blusa dejando mis pechos al descubierto y metí uno a la boca de Eve.

- ¿Qué?- Lo miré, dejo caer sus hombros para luego sonreír.

- Están más grandes.

- Hombre, pues claro, están llenos de leche. ¿Quieres probar?- Bromee.

- Por favor no, prefiero cuando ya haya pasado tu etapa de lactancia.

- ¡Hey Caylee!- Dijo entrando a la habitación con una bandeja de desayuno, miró a Chandler confundida- ¿Dormiste aquí?

- Sí- Sonrió.

- Creí que te habías ido anoche.

- Bueno, Alexandra me corrió de casa y regresare a vivir aquí.

- ¿Regresaron?

- No- Respondí con rapidez- No aún.

- ¿Desde cuando cocinas?- Preguntó Chandler, Haleigh se acercó a mi y dejo la bandeja en mis muslos.

- Caylee me enseño hace meses, ya que ella tiene que estar en completo reposo por un par de semanas o su vagina se abrirá del tamaño de la cabeza de esa pequeña gatita.

- No vuelvas a llamar a mi hija gatita- Habló Chandler apuntándola- Eso suena mal.

- Sí, es cierto. Iré por más desayuno para ti.

- No- Negué- Con esto completaremos para los dos, es demasiado para mi sola.

- ¿Segura?

- Sí, muy segura.

- Bien, yo saldré con Adam a desayunar por ahí.

- Desayunaras su pene de seguro- Reí.

- Quizás- Salió de la habitación dejando la puerta abierta.

Miré a Chandler por varios minutos en silencio.

- ¿Qué pasa? Me pone nervioso tu mirada.

- ¿Por qué luces tan demacrado?

- Bueno, si vives por obligación con una mujer que esta constantemente diciendo lo feo y gordo que estas, que te repite que te suicides como diez veces al día, y que odias, no creo que lucirías tan bien.

- ¿Te hizo mucho daño?

- Era su actividad favorita, probablemente.

- Quítate la camisa, déjame ver tu espalda.

- No, no es necesario.

- Hazlo- Alce las cejas al ver que no hacia nada, bajo su mirada para luego quitarse la camisa y girarse.

Su espalda tenia muchas marcas rojas, moradas y otras verdes indicando que se habian hecho hace poco.

- Es demasiado fea, lo siento.

- ¿Por qué no me pediste ayuda?- Se volvió a recostar junto a mi ahora sin camisa.

- ¿Cómo? Ella básicamente controlaba mi vida.

- Pudiste llamarme, a pesar de todo yo siempre te ayudaría, siempre te protegeré, lo sabes.

- Lo sé pero, mierda, ella incluso revisaba mis llamadas, todo.

- Ella no te merecía.




SWEET MOMMY  ×c.r×     [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora