Agresión (Kakaobi)

Ceremonia De Graduación.

Suspiró llenando profundamente los pulmones de ése aire mañanero. Hoy definitivamente era un día perfecto, desde hoy ya más nunca volvería a toparse con el malvado Kakashi, el cuál siempre le molestaba e intimidaba. Soló debería terminar la ceremonia de graduación y se libraría de ese maldito.

Kakashi Hatake, era un compañero suyo de salón, que siempre encontraba la oportunidad de humillarlo. Todo empezó desde el primer año, en que ellos se miraron mutuamente a los ojos. Desde ahí, Kakashi decidió convertir a Obito en su costal de golpes, solo para su diversión.

Que locura.

Todos creen que ese albino es un alumno ejemplar pero no, Kakashi Hatake no era el típico chico bueno como todos creían, era lo opuesto. Era un agresor.
Humillaba a los que le resultaban menos ante su presencia.

Lo más injusto es que nadie, nadie, se había enterado que Kakashi molestaba a sus compañeros de clase -O de otros salones-, ni siquiera algunos alumnos de su mismo salón, sabían sobre eso. ¿Cómo le hacía para que nadie se revelará ante él?
No había respuesta, nadie podía saberlo. Quizás el joven albino amenazaba a sus víctimas para que callaran. Después de todo, Kakashi era hijo de un importante y famoso diputado de Konoha. Y por ese motivo, tal vez, nadie se atrevería a decirle nada.
Pero después de un tiempo, tiempo en que pudo conocer aún más al azabache. Kakashi había dejado de molestar frecuentemente a los demás, enfocándose solamente en Obito Uchiha, pues al principio el chico no se dejaba humillar por nadie mucho menos por Kakashi, a él, no le importaba que fuera hijo de un diputado o lo que sea. Eso hizo llamar mucho la atención al Hatake, logrando que al final Obito se quedara traumado ante su presencia.
Convirtiéndose en sí, la burla para el Albino.

Obito inhaló y exhaló dos veces al caminar hacia el baño para asearse y así proceder a vestirse para la ceremonia. Viéndose por última vez al espejo, se dijo así mismo completamente decidido, que hoy levantaría la cabeza en alto y le daría la cara a ese mequetrefe del albino, hoy por ser el último día que se verían, le enfrentaría y si en algún momento Kakashi intenta burlarse de él o golpearle, se lo regresaría lo doble por todo ese tiempo en que siempre lo humillaba.

Maldito agresor.

Era algo absurdo que tratase de defenderse ahora que era el último día; ¿Por qué ahora y no antes?
Podría decirse que, por ser el último día en que le vería , le daba valor para enfrentarlo y verlo fijamente a los ojos sin desviar la vista a causa del temor , combatiendo con la mirada inexpresiva de Kakashi. Y también había otro motivo por el cual enfrentarle, pues Obito se iría a vivir a un pueblo lejano de Konoha, una vez que se dé por terminada la ceremonia.
Así que debería aprovechar y devolverle todo la humillación que le dio desde el primer año, cuando ambos se conocieron.

Obito se fue hacia su destino dónde pronto sería un recién graduado, se encontraba algo nervioso por este día, en el que finalizaría esta etapa de la secundaria.

Todos sus compañeros de generación, estaban muy nerviosos y nostálgicos ante este día que en algún momento sabían que llegaría pero no tan rápido, como ahora, era difícil pensar que ya pronto finalizarían y se irían a otro nivel de estudio, es como si ayer apenas entraran a primer año y ahora se graduarían, cualquier persona echaría de menos este día, incluso Obito, a pesar de haber sufrido maltrato, él sentía muchas emociones ahora, que se le podían notar con soló verlo a los ojos.

Entró a la institución y le dio unas ganas de llorar pues con tan solo darle una vista a todo su alrededor, le dio una enorme nostalgia al recordar el primer momento en que pisó el mismo lugar dónde yacía ahora y en este instante sería la última vez que se pararía enfrente de la entrada.
« Controlate Obito, Controlate» Se dijo mentalmente a la vez que daba un profundo respiro, calmando esos nervios que estaban ahogándolo por dentro. Ignoró ese sentimiento melancólico y se dirigió hacia su salón, que también sería la última vez que entraría. No, otra vez queriendo llorar, Vamos Obito no es para tanto, le regaño su subconsciente.