Rendirse.

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Después de que  dejaran vacía el aula, Obito volvió a sentarse en su butaca. Era increíble cómo así de rápido el lugar había dejado de ser habitado, quedando en un total y terrible silencio, salvo a los sonidos de afuera por el movimiento de la ceremonia. El Uchiha soltó un suspiró que describía muchas cosas, quizás ira por lo de hace rato y desilusión.
No era alguien que molestaba, no era una persona egoísta, no era  envidioso y negativo. Era un persona amable, que jamás le daría la espalda a alguien que lo necesite. Entonces, si tenía buenos puntos; ¿Porqué nunca nadie le pidió ser su amigo? ¿Porqué alguien cruel como el albino era capaz de poseer un millón de amistades? ¿Qué hay de atractivo en su ser? ¿Qué hay con eso? No pudo resolver esa duda y es porqué no sabe la respuesta, pese a tantas vueltas que ha dado, jamás pudo responderse así mismo. Admite que le tiene envidia, sólo ese hecho, de qué el si tenga una vida sociable, pero el no. Siempre soñaba en tener amigos, con quién contar cuando los necesite pero por culpa de ese agresor ese sueño sólo se creó en su imaginación.
La razón por la cuál nadie le hablaba era la mísma razón por la cuál no quiso bajar con Rin. Por Kakashi, el miedo de ser molestado.

Esa era la respuesta.

Sólo es un simple chico. Un simple chico que no había pensado que pasaría por burlas y agresiones. Era su último día y estaba feliz por eso. No era felicidad del porqué ya pronto subirá de nivel, sino porqué ya no tendría que sufrir por su culpa.
Aunque nunca le dijo nada a su abuela, ella sabía que él sufría acoso.
No podría engañar a un ser que ha pasado por muchas experiencias. Kakashi  cometió lo que quería, porque cada noche Obito lloraba rogando a los dioses qué no existiera, que se cambiará de país, hasta incluso, lo más grave que pensó en esos días estresantes, pensó en suicidarse. Cosa que temía la anciana Uchiha,  por eso ella, hacía lo posible por juntar una gran cantidad  dinero y   mudarse lejos de  Konoha, tardó sí. Pero se prometía así misma que Obito tendría una nueva vida, lejos de  esa triste realidad. Y ahora, era algo tarde pero nunca para qué su adorable nieto comenzará de nuevo, en un nuevo lugar dónde no tendrá que revivir lo de actualmente.
Y Obito se sintió aliviado cuándo su abuela le dio la noticia, aunque admite que extrañaría demasiado a su querida amiga Rin.

Obito se restrego el rostro y miró el suelo. Ya no faltaba mucho para que inicie la graduación, quería hacer muchas cosas en ese proceso, quería encarar a Kakashi, pero era tanto su miedo que por eso, se encontraba sentado en una butaca, en la esquina del aula completamente sólo, tenía ganas de estar con Rin y los demás pero simplemente no podía pues ahí estaba la desgracia en persona, aún su corazón estaba un poco alterado después de lo qué pasó, dio una bocanada de aire para tranquilizarse, de todos modos solo tenía que quedarse ahí hasta que ya inicie el acto de la ceremonia o al menos eso pensaba:

—No entiendo porque tuviste que venir, tu presencia me aurrina el ambiente —Esa voz, esa maldita voz de siempre se escuchó detrás de su espalda, como siempre su manera de hablarle fue dolorosa. De nueva cuenta, el ritmo de su corazón latía rudamente sobre su pecho y su cuerpo se entumecio. ¿Qué se supone que debería hacer? ¿Correr? ¿Pero cómo? No lo dejaría, trago saliva pesadamente y trató de no moverse pero Kakashi se posó enfrente de él, por supuesto que  el Hatake no quería perderse de sus expresiones.

—¿Porqué no hablas? —al escuchar su pregunta Obito alzó la vista pero al no ser capaz de verlo por mucho tiempo la bajó de inmediato al suelo, cosa que hizo reír al chico—. ¿Otra vez bajando la mirada, perdedor?

Es verdad, es un perdedor, no podía ni siquiera articular palabra, tenía enfrente una promesa que hizo antes de venir, qué podría cumplir sí tan solo el miedo dejará de acorralarlo. Empezaba a temblar y al no querer que se diera cuenta de eso, se mordió el labio inferior.

“¡Déjame Kakashi! ¡Déjame! ¡Déjame! ¡Déjame sólo, vete ya!” se gritaba mentalmente. En serio que no sabía que hacer o decir y está vez, no habría alguien quién interrumpiera el momento. Y Kakashi, ese niño sonreía de placer, el placer qué le daba mirar el agobio de la persona que se supone que ama.

—Das asco en la forma en qué estás vestido, ¿Sí recuerdas que eres un saco de golpes, cierto? ¿Dónde quedó ese disfraz? Además, —Cada palabra era cómo una ajuga clavada en sus ojos, Obito no aguantaría más y dejaría libre su llanto, una vez más, se humillaria delante de él, sólo con pensarlo se le revolvía el estómago del odio que sentía hacía Kakashi, apretó ambas manos en un puño mientras lo maldecía en su mente. Kakashi observó el decoró qué tenía su saco, era una rosa seca, enseguida se la arrebató—, ¿Qué es está porquería? No recuerdo que nos hayan pedido traer botonier; ¿lo sacaste de la basura?

Era un obsequio de su abuela, era una de las rosas  disecadas del floral que guardó cuándo su hija contrajo matrimonio con el padre de Obito y antes de partir se lo había entregado para que tuviera presente en esa rosa seca, la presencia del amor de sus padres, era un hermoso símbolo para el azabache por tal motivo no podía dejar qué Kakashi le arrebatará lo más hermoso que había recibido está mañana, podría soportar muchas cosas pero para él, eso era pasar los límites. Se levantó de golpe y miró amenazante al contrario.

—¡Regresamelo ahora! —le recriminó sin importar lo que pasaría. El albino se sorprendió por su repentino cambio de actitud, pero eso, solo hizo acelerar su corazón, Obito había mostrado una postura más agradable para su vista, pero definitivamente prefiria la faceta de agobio. Obito se acercó al muchacho e intentó quitarle la rosa, pero Kakashi jugaba con él pues de ningún modo se lo permitía.

—¡Devuélvemelo, Kakashi! ¡Por favor Kakashi!

— ¿El qué? —hizo una mueca de burla—. Oh, ¿te refieres a ésto?

—¡Kakashi no inten... —Demasiado tarde, el albino lanzó la rosa seca al suelo dónde luego puso un pie encima.

—Oh no, se me cayó —dijo irónico.

—Tes...ha... cerlo —susurró cayéndose de rodillas bajo los pies de Kakashi, había destrozado la única cosa que tenía de sus padres, el lindo regalo de su abuela y sé burla como si de un chiste se tratase, sus ojos empezaban a arder de la rabia que empezaba a albergarlo, crujio sus dientes y Kakashi se sentía perdido.

¿Qué tiene de importancia esa rosa vieja y seca para que se ponga de ese modo? No era capaz de comprender pero admite que amaba verlo así. Se cruzó de brazos mientras observaba cada movimiento que hacía.

“No llores, no llores, no llores, no llores” se repetía mientras apretaba sus ojos, no quería hacer nada contra él, de todos modos no podría moverlo, se lamenta ser tan débil, por no proteger el regalo que le dio su abuela. El nudo de garganta se sentía más fuerte, tanto qué soltó un leve suspiró. Ya no tenía caso demostrar algo que no era capaz de hacer, se rinde. Jamás le hará frente a Kakashi, simplemente estar a solas  con él le provocaba una terrible desesperación. Fue tan estúpido imaginar que sería capaz de regresarle todo el daño que le ha hecho.
Kakashi levantó su muñeca y observó el reloj, ya no faltaba mucho para qué pronto comenzará la ceremonia, chasqueo levemente la lengua.

—Oye —dijo sereno al moverse hacia la entrada del aula—. Sígueme.

Obito se quedó estupefacto, no, de ningún modo quería seguirlo. Miró la rosa qué pisó sin piedad, ante eso, él no quería moverse, estaba paralizado.

Kakashi frunció el ceño y miró amenazante al Uchiha.

—¿Es qué no me escuchaste?

Obito trago saliva.
—¿A-a dónde vamos? —habló roncamente mientras se ponía de pie.

—Iremos al patio trasero —dijo al observar a Obito caminar hacia él, se hizo a un lado para qué esté cruzara primero el umbral y luego Kakashi lo siguió detrás de sí.

Obito temblaba al imaginarse lo que pasaría. Lo mismo de siempre, lo golpearía o le haría algo más doloroso por la última vez que lo verá. Quiere correr; pero su cuerpo no quería cooperar, cómo siempre.

Kakashi fijaba su vista en la espalda del otro. Podría sentir que Obito tenía miedo.

Agresión (Kakaobi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora