—Ya fue—El castaño se levantó de su lugar—Yo voy a ir
—No Raúl, que hacés? Que tal si se incomoda estar entre varios chicos? Que no haz visto que varios niños ya le han preguntado si se quiere ir a sentar con ellos, y ella siempre les contesta que no?—Martin hablo en voz baja ya que si alzaba la voz, la niña de ojos verdes los iba a escuchar.
—Si, ademas no creo que le interese mucho de lo que hablamos nosotros—Añadió David.
—Oh también simplemente no le agradan los otros chavales, ve tu a preguntarle Raúl, yo te apoyo amigo—Jaume sonrió.
Raúl optó más por seguir el consejo de Jaume e ir a preguntarle a Isabella si quería ir a sentarse con ellos, pues ya habían pasado dos días de que ella había llegado a el instituto, y seguía sentándose sola sin ninguna compañía. Al llegar, se sentó en frente de ella—Hola, que tal?—Le sonrió.
Isabella levanto la mirada y le regreso la sonrisa tímidamente—Hola—Respondió bajito.
El castaño se dio cuenta que Isabella traía mucha fruta y verduras para su almuerzo—Siempre comes así?O también comes carne?-
La pelinegra río levemente por el comentario de Raúl-Que? Porque te ríes?—Estaba confundido, pensó que tenía algo en la cara por un momento—Tengo un moco en la cara no es cierto? Ay que vergonzoso, y eso que siempre me reviso varias veces en el espejo antes de salir de casa—Tomó una servilleta y empezó a limpiarse aunque no tenía nada en el rostro.
—No tonto—Isabella río un poco más fuerte—Es solo que me causo gracia lo que dijiste. Pues claro que si como carne Raúl, así te llamas verdad?—El contrario asintió—Bueno, pues como te decía, nada más que me gusta variar en lo que traigo de almuerzo—
—Ahh, vale, vale—Río un poco avergonzado, se quedaron en silencio por un momento hasta que volvió a interrumpir el silencio de nuevo—Emm, yo...venía a preguntarte si te quieres ir a sentar con nosotros—Sonrió tímidamente—Y no te preocupes por mis amigos, son un poco capullos pero te acostumbras—Bromeó mientras mantenía su sonrisa.
Isabella río levemente mientras asentía—Si, está bien
—Genial!—Se había levantado de la silla—Perdona, es decir genial, vamos?
La pequeña Isabella se levantó de su asiento—Eres un poco tonto, sabes?—Añadió una pequeña risa.
Se rascó la cabeza mientras la acompañaba con las risas—Si, si, ya me lo han dicho varios...pero bueno, lo llevo con calma supongo—Ambos rieron una vez más y Raúl ayudó a Isabella a pasar sus cosas para la otra mesa donde estaban sentados sus amigos.
La situación fue tensa al principio porque los chicos no sabían cómo actuar o que decir, pero poco a poco fue rompiéndose el silencio y todos reían y hablaban al igual que Isabella. El resto del recreo Raúl e Isabella se la pasaron hablando mientras el resto de sus amigos se fueron a jugar a otra parte.
[.....]
Ya la noche había caído y ambos niños se encontraban en sus perspectivas casas.
—Y bien, como te fue hoy en la escuela Isma?—La señora Alícia volteó a ver al pequeño el quien estaba felizmente comiendo, ya que su madre la había hecho su platillo favorito de cenar.
—Bien mami, de hecho estoy empezando a hacer más amigos y a hablar mas—Sonrió para después beber un poco de su bebida, en esto se le vino una pregunta a su cabeza y volteó a ver a su padre—Papi, tú cómo sabías que te habías enamorado de mami?—
El señor Alejandro río levemente—Pues, no fue de un día para otro, fue un proceso largo, creo que tardó años, pero, por qué lo preguntas Isma, hay algún niño que te gusta?—Para el señor Alejandro la idea que su hijo fuera atraído por su mismo género no era ningún problema, el lo apoyaría en lo que fuera. Pero por seguridad de Isma lo hacían pasar por el nombre de Isabella en la escuela para que no se burlaran de él ya que los de su edad aún son muy pequeños para entenderlo.
El pelinegro negó—Bueno en realidad no lo sé, cada vez que veo a este niño...como se llamaba? Ah si, Raúl, vale pues cada vez que lo veo siento mariposas en el estomago pero no se que significa—Hizo puchero.
Alícia y Alejandro rieron levemente—Pues a ver cuando traes a tu compañerito a casa a cenar—No le querían decir la respuesta de que si le estaba empezando a gustar su compañero, mejor lo dejarían que lo descubriera por si mismo.
—Pero no me respondieron a mi pregunta—Volvió a hacer puchero y se cruzó de brazos.
—Más adelante lo descubrirás por tu cuenta, ya es tarde, venga ve a cepillarte los dientes y a dormir—Alícia depósito un pequeño beso en su mejilla y después se puso a recoger la mesa. Mientras que Alejandro llevaba al pequeño Isma a su habitación para arroparlo en su cama y desearle las buenas noches.
I'm sorry, se me había olvidado que existía este fic jaksjdksjsja, adeu.