1 Cap.:Conoce los demonios

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En el oscuro frío de un pueblo lejano, como su época, existió Madame Red, la bella mujer de las prendas rojas, dueña de la compañía textil más grande  en su tiempo, la mujer dueña de la gran mansión, madre de tres niños, una viuda exitosa.

La mujer a su corta edad, le quedaba poco tempo, pues tenía una terrible enfermedad de la que nadie había oído hablar, por lo tanto, esta no tenía cura, por lo que pensó:

“¿Qué harían esos tres niños si muero?”

Es obvio que tres niños de 10, 8 y 4 años no podrían con una fábrica, una mansión y millones de dólares solos, necesitaba la cura inmediata.

Pensando y pensando, atrajo la atención de un demonio; eran las 12:00 a.m. y ella se encontraba como todas la noches, tomando té en su biblioteca, pensando en qué hacer si ella ya no despierta después de esta noche.

Era una noche fría cuando “eso” pasó:

“¿Tanto te preocupan tus hijos, Madame Red?” le preguntó una voz en la oscuridad de un rincón de la habitación.

“¿Quién es?” preguntó Madame Red, saltando de susto.

“¿te asuste? Soy… aún no soy nadie, sólo un demonio cualquiera que tiene la solución a tu problema” dijo la voz acercándose más y más, para ver a un joven hombre de traje negro, con una rosa y pañuelo rojos en el saco.

“entonces, ¿mi solución, eh? ¿Qué es lo que quieres?” intuyó Madame Red.

“Tu alma, a cambio de dinero y más tiempo para ti, te intentaré curar y hacerte uerte y más hermosa a cambio de tu alma” dijo el demonio postrándose frente a ella, arrodillándose y tomando la delicada mano de Madame Red, y besándole los nudillos.

“no es suficiente, necesito protección, han querido robarme la fábrica, y han intentado secuestrar a mis hijos” dijo Madame Red, aterrada recordando la última vez que entraron a su casa, su esposo los defendió, pero ahora, ella es viuda.

“entonces, vuélvete a casar, consíguete alguien que quiera estar contigo y te beneficie” dijo el demonio parándose y soltando la mano de Madame Red.

“no es tan fácil, demonio, te ofrezco otra cosa además de mi alma” dijo ella parándose.

“Las almas de tus hijos, si quieres que los cuide, si es que tú no te curas, dámelas, siguen siendo inocentes, así que son más puras y hermosas que la tuya que has presenciado la muerte de tu esposo” dijo el demonio.

“acepto tu trato, demonio” dijo Madame Red.

“entonces, elija mi nuevo nombre” Dijo el demonio.

“Takeshi Umehara, el mayordomo de la familia Red” Dijo Madame Red, y se tomaron de la mano, cerrando el sello señorial.

Madame Red, sanó, no por completo pero estaba mucho mejor.

Los niños se encontraban en el jardín trasero, Andrew, el mayor y Alec, el menor se encontraban en los columpios, Camille saltaba la cuerda, cantando dulcemente.

“Bien, niños, les quiero presentar a alguien nuevo en la casa, es un mayordomo” dijo la madre de los niños señalando con ambas manos al hombre que se encuentra a un lado de ella.

“Mi nombre es Takeshi Umehara, seré su mayordomo desde hoy” dijo él y los niños se acercaron más.

Camille se acercó más y Takeshi se arrodilló para tomarle la mano, Andrew se acercó igualmente.

Alec en cambio, corrió hacia su madre y se aferró a ella y jaló de su vestido.

“¿no me quieres conocer?” le preguntó Takeshi.

Alec se aferró más fuerte y empezó a sollozar, y luego a llorar, para mezclarlo con gritos.

<<Por eso odio a los niños>> Pensó Takeshi.

“Oh, cariño, el no hace daño” Dijo Madame Red, cargando a su hijo.

“no te haré daño” Dijo Takeshi.

<<Aún… pequeño>> Pensó Takeshi.

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