Takeshi despierta al pequeño.
-¿Alec?- Dijo Takeshi tocando la mejilla del pequeño.
Las mejillas de Alec se humedecieron con lágrimas rápidamente.
-¡¿Mi mamá?!- dijo el pequeño asustado.
-Ella… no le quiero mentir, pequeño Alec, existen personas malas que lastiman a personas buenas, y personas malas lastimaron a tus hermanos y a tu madre anoche- Le mintió Takeshi al pequeño confundido.
-¿Y ellos? ¿Lastimados mucho?- preguntó el pequeño, mientras las lágrimas brotaban más y más fuerte.
-Ellos ya no están aquí, Alec- dijo Takeshi y el pequeño asustado y confundido abrazó al demonio fuertemente.
-No… Camille, Andrew, mamá… no aquí- gimió tristemente Alec.
-Aún estoy yo, Alec- dijo Takeshi acariciando la cabeza de Alec.
-Yo, triste… tu miedo, a mí- dijo Alec, aún abrazando a Takeshi.
-Yo no debo causarte miedo, yo cuidaré de ti, precioso- le dijo Takeshi y Alec lo soltó y volteó a mirar.
Alec tomó el rostro de Takeshi en sus pequeñas manitas.
-¿tú no malo?- le preguntó tiernamente.
-No, no lo puedo ser- le dijo Takeshi y Alec sonrió.
-¡Bien!- dijo Alec con una sonrisa que derritió a Takeshi.
-Eres endemoniadamente tierno…Alec.
*10 años después*
Takeshi se encargó de Alec todo ese tiempo, aguantando las ansias de tomarlo por completo, lo educó, y lo amó, pero Alec ya no es el mismo pequeño el cual Takeshi cuidaba, ahora Alec ya no ve a Takeshi como su hermano mayor, y Takeshi jamás vio a Alec como su hermano menor.
Era una noche calurosa de verano. Una ligera lluvia se mantenía llenando los canales y las calles.
-He llegado- dijo un Alec más alto, pero el mismo cuerpo menudito y pálido.
-Bienvenido- Dijo Takeshi, que estaba sentado en un sillón leyendo un periódico. Tenía sus lentes de lectura, lo que lo hacía ver más viejo.
- me molestan esos lentes- dijo Alec sentándose en el piso frente a Takeshi.
-¿A sí? ¿Por qué?- preguntó Takeshi.
-Son molestos, te hacen ver más viejo- dijo haciendo pucheros.
-ohh, pero sin ellos entonces no leo- dijo y volvió a leer el periódico.
-¡Ta-ke-shi~!- dijo Alec para llamar su atención.
-¿Sí?- preguntó Takeshi.
-¿por qué aún sigo siendo un niño?- preguntó enojado.
-porque eso eres, Alec- dijo Takeshi sonriente.
-¡Claro que no!- reprochó Alec.
-Mi pequeño rubio inocente- dijo Takeshi y le acarició el cabello, y las mejillas de Alec se tornaron rojas.
-¿Y-Y qué es el sexo? He escuchado que mis amigos lo repiten demasiado, ¿qué es Takeshi?- dijo el rubio inocente.
Takeshi abrió sus ojos como platos, pues nunca creyó que esa palabra cruzaría por los oídos de Alec y dicha por su inocente y pura boca.
-B-bien, ahh… Alec, bien, el sexo sirve para… bueno, te hace sentir bien- dijo Takeshi, no creía que su pequeño inocente preguntaría algo así a esa edad.