Itachi

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--Significa que él siempre esta cuando lo necesito-- le grito.

Oír aquellas palabras de Sakura lo habían sorprendido no sabía que ella se sintiera de aquella manera con él.

Cuando despertó con una tremenda resaca aquel sábado por la mañana, sus recuerdos volvieron de a poco, una chica con cabellera rosa reprendiéndolo mientras lo arrastraba a la entrada de su casa. --Eras un desastre, una linda  chica tuvo que traerte a casa, deberías estar avergonzado.-- Y lo estuvo por mucho tiempo, tanto que no volvió al bar de su amigo Kakashi y ni siquiera se atrevió a agradecerle a la chica que había cuidado de él.
Las mujeres eran peligrosas, te podían arrastrar a hacer cualquier estupidez después de haberte dejado con el corazón destrozado. Curiosamente también podían salvarte de aquello.

Había trabajado meses para conseguir el ascenso en la empresa, había hecho una gran presentación y había estado en vela toda la noche, su carro no servía y tampoco estaba en condiciones de conducir, así que optó por usar el metro, se quedo dormido y casi se pasa de la estación en la que tenía que bajarse, se levantó rápido y dejo su portafolio debajo del asiento, cuando se percató de aquello el metro había cerrado sus puertas. Camino con poco ánimo al trabajo, podía hacer su presentación sin todos los recursos en los que tanto había  trabajado estaba seguro que no conseguiría el ascenso, se estaba preparando mentalmente para el gran fracaso cuando el teléfono sonó --Itachi-san-- la secretaria de su jefe le llamo --Su novia va a su oficina-- aunque no quisiera admitirlo le hubiera gustado mucho que fuera Izumi, cuando la puerta se abrió se quedo sin habla, claro que recordaba esa cabellera rosa y esos ojos grandes y verdes como esmeraldas --Tú  de nuevo -- dijo asombrado
--Veo que no me has olvidado-- le sonrió Sakura y ella a él  tampoco, claro que recordaba aquella desastrosa noche.
--¿Y bien?-- le dijo tratando de evitar el contacto visual pues aun se sentía avergonzado por aquella noche.
--Soy tu linda novia-- le sonrió, Itachi se quedo de piedra
--¿Disculpa?-- Ella le enseñó su portafolio, de nuevo lo estaba ayudando.
--¡Me has vuelto a salvar!-- exclamó sorprendido de que la misma persona que lo saco de aquel bar a salvo, también había salvado su trabajo --¿Cómo podré compensarte? -- le pregunto aliviado viendo sus ojos fijamente por primera vez.
--Deja de meterte en problemas-- le guiño el ojo mientras se iba de aquel edificio. Se quedó un momento viendo el portafolios en su mano y reaccionó, salio rápido de su oficina pero ella ya no estaba más.

Era viernes por la noche, se había quedado hasta tarde en la  oficina y lo único que quería era llegar a casa a descansar, un idiota se paso el alto e impacto su auto, recordaba todo pero especialmente recordaba a Sakura sosteniendo su mano  mientras corría -Itachi, no puedes dejarme. Aun tengo que salvarte de más problemas-- no sabía a donde lo llevaban pero encontraba reconfortante que la misma chica lo salvará de apuros cuando más lo necesitaba.

Cuando al fin abrió los ojos sentía su cuerpo adolorido, como si hubiera ido a una fiesta y el hubiera sido la piñata, lo primero que vio fue aquellos ojos verdes --Itachi-- le sonrió mientras sacaba una linterna para revisar sus ojos --Te dije que ya no te metieras en problemas-- él no hablaba, solo la miraba, los recuerdos estaban dispersos. --Tuviste un accidente, pero tranquilo estarás bien-- él  solo alzó una ceja --Soy doctora en este hospital, cuidaré tu vida como si fuera la mia-- Sakura se sentía extraña con él, nunca había salvado a alguien de tantos problemas como a él  aunque realmente no eran tantos, era extraño como el destino se empeñaba en juntarlos.
La tercera era la vencida estaba dispuesto a invitarla salir pero no se espero que su estúpido hermano menor lo hiciera primero, vaya con que así se sentía perder.  Nunca pensó que su relación llegará tan lejos y no podía dar crédito que la pelirrosa hubiera aceptado casarse con Sasuke a pesar de haberse convertido un monstruo luego de la muerte de su padre. Quizá debió evitarlo,  advertirle y salvarla pero no hizo nada, por eso la primera vez que la vio llorar por culpa de su hermano decidió que la cuidaría y animaría, quizá para compensar que hubiera salvado no sólo su ascenso sino también su vida. Pero con el pasar del tiempo mas que una obligación se volvió un placer ser el caballero de la armadura que salvará a la damisela en peligro.
Y lo haría de nuevo, de la forma más estúpida posible.

--¿Pero qué haz dicho?-- Sasuke estaba alterado, no daba crédito crédito a sus palabras.

--Hay otra explicación, querido hermano-- esta vez Itachi fue quien hablo. Alejo a Sasuke de Sakura, la tomó del brazo y la sitúo atrás de él, como si el fuera su escudo.

--¿Y cuál es?--

--Vine a hablar sobre mi futuro hijo-- Sakura comenzó a temblar, esto no podía ser bueno.

--¿Y eso que tiene que ver con ella?-- A Sasuke no le gustaba nada el rumbo que tomaba la conversación.

--Tiene todo que ver-- tomó la mano de la pelirrosa y ella apretó la suya con fuerza.

Un tenso e incómodo silencio se formó aquella habitación.

--Ella es la madre.--


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